SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO HAY DEMOCRACIA.
ENSAYO PUBLICADO EN LA REVISTA "ESQUICIOS"
DE LA UNIVERSIDAD ALFREDO PÈREZ GUERRERO
CORRESPONDIENTE AL MES DE MAYO 2010
“ La Universidad considera siempre en trance de peligro a la Patria, y para afrontar ese peligro, llama cada año a un grupo de jóvenes para que sean la milicia disciplinada que hay que educar e instruir para la compleja y difícil batalla de todos los días contra la ignorancia, contra la tiranía, contra la miseria y contra la injusticia.” Alfredo Pérez Guerrero
El Maestro cuánta razón tenía. La Universidad ha de estar pendiente de los tropiezos que se le presenten a la Patria. Ha de volcar a sus hombres y mujeres estudiantes, a sus profesores, en defensa de los más altos intereses nacionales, todos los días. La Universidad es la adarga de todas las libertades ciudadanas, cuando estas son acosadas desde los poderes de la política.
La Universidad ha formar a sus estudiantes para que sean demócratas de piel y conciencia. Es decir hombres y mujeres libres de pensamiento a tiempo completo. Seres a los que hieran en la profundidad de su espíritu indomable, y su mente lúcida los actos despóticos de los autócratas, de los atrabiliarios que se aprovechan del poder político, aquellos que abusivamente, dolosamente, distorsionan el mandato popular en perjuicio de los mandantes.
En el tiempo y en mundo actual caben solo las sociedades abiertas. La historia ya ha escrito páginas dolorosas del fracaso de las sociedades cerradas, sin embargo algunas quedan, en Asia y América, de filo o de tendencia nacionalistas o comunistas, o un hibrido de ellas, ya que los extremos se juntan, que han logrado replicas sectarias sobre todo en América del Sur. De las que sobreviven se identifica a dirigentes sanguinarios que hicieron del paredón su pulpito. Los presos de conciencia que torturados viven son la mejor prueba de que tales sociedades para nada son paraísos sociales. Terminan cayendo tarde o temprano por la alcantarilla de la historia. Pensar que hay familias que gobiernan países por décadas, por generaciones todavía y pueblos sometidos, aislados. Y que hay algunos, que se sacan fotos con los dictadores y con orgullo las exhiben. Claro está que Dios cría y…
Ya caerán, envueltos en sus propias redes. En las de la corrupción que con el paso del tiempo es inevitable, en los gobiernos que pretenden eternizarse. Y es que los totalitarios no admiten controles, tienen a los controladores a su servicio.
Patrañas se montan, para publicitar falsas fiscalizaciones. Los mandones tienen controladores controlados, los que. al final resultan cómplices aventajados.
Existen algunas sociedades cerradas dijimos. Y gobernantes que en ellas ven ejemplos a seguir sin reparar que son caducos que no tienen futuro. Los pueblos las soportan un tiempo, el que dura el miedo y la indiferencia, pero la sociedad civil vuelve a la realidad cual los volcanes, intempestivamente. Está escrito. Quedan del muro de Berlín unos cuantos adobes. De la URSS, las letras y pesares. De Hitler, Pinochet, Franco, y Stalin, y de sus seguidores, de sus fieles, de sus pretéritos y presentes devotos, mal aliento, mal recuerdo, males de todos los tipos y es que estos acarrearon y atraen eso, el mal.
No pueden los ciudadanos libres farrearse las libertades. No caben silencios cuando estas son acosadas.
La Universidad ha de jugarse en serio por las libertades. Ha de apostar siempre por ellas. Ha de proclamar su rotunda oposición, desde las ideas, desde el conocimiento, desde la luz de sus razonamientos, a los proyectos totalitarios excluyentes, antidemocráticos y cerrados del gran sector oficialista.
La Universidad y los MEDIOS DE COMUNICACIÓN, están en la mira de los déspotas.
En las sociedades cerradas, EL ESTADO POLÍTICO ES UN ESTADO PARTIDO, es decir, un Estado sometido a la dogmatica de una sola fuente de pensamiento. Pasa a ser el Estado UN PARTIDO POLÍTICO, el del gobierno, que se hace con el control de todos los poderes, sean estos tres o cinco o los que fueren, al final es solo uno el que se impone dado el servilismo de los otros.
Los medios no han de callar. Han de informar, es su obligación, su razón de existir. Las Universidades han de formar a los ciudadanos que en ellas busquen el conocimiento en valores de libertad, de democracia, de respeto a la Constitución, a la deontología, en todas las carreras.
La Universidad debe preparar a todos los ciudadanos que pasan por ella, en los saberes fundamentales de libertad, constitucionalismo, democracia, estado de derecho, seguridad jurídica, tolerancia, respeto a la diversidad, amor por la libertad de expresión, básicos, a todos los estudiantes sin excepción, sin considerar la carrera que el estudiante escoja. En todas las facultades deben ser tratados formalmente los temas sugeridos y no solo conocidos por los estudiantes de las Ciencias Jurídicas o Políticas. No porque tal conocimiento es derecho humano y ciudadano, y ha de ser impartido y compartido sin discriminación. Así y solo así, todos los hombres y mujeres del mundo, entre los que estamos los nacidos en esta tierra, defenderemos la Libertad, desde la conciencia, y con la vida si fuere necesario. Los límites de la libertad están en la Ley. Los conflictos han de solucionarse siempre dentro de los marcos de la Constitución. Las fronteras del libre albedrio son las de la ley.
Creemos que es posible la convivencia social en un Estado en el que la Constitución sea respetada por todos, especialmente por los que ejercen el Poder Político, por mandato popular, por tanto estamos en la trinchera que tiene por causa la defensa irrestricta de la libertad de expresión y de cátedra. No admitimos gobierno sobre el pensamiento, ni sobre las ideas, ni sobre la información, ni sobre la expresión. Consideramos esas intenciones primitivas, sectarias, obsoletas, e inhumanas, no consentimos a las iniciativas legales bloqueadas y nos produce asco la publicidad estatal impuesta, que es una forma de censura. Sin libertad de expresión no existe democracia.
En el Tomo “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, desde la página 334, el autor holandés prematuramente fallecido Stieg Larsson, al universo entero, al mundo, y nunca mejor dicho, lector de sus novelas, le ha contado, la siguiente gran verdad a tomar en cuenta: “ La democracia sueca se basa en una sola ley y puede expresarse con las letras LFLE, que significan Ley Fundamental de la Libertad de Expresión. La LFLE establece el derecho imprescindible que cada persona tiene a decir, opinar, pensar, y cree, lo que le apetezca. A este hecho se acogen todos los ciudadanos suecos, desde al nazi más chalado hasta el anarquista que tira piedras, pasando por los que quedan en el medio.
Todas las demás leyes fundamentales, como por ejemplo la Constitución, son solamente las florituras prácticas de la libertad de expresión. Por tanto, la LFLE, es la ley que sustenta la democracia.”
Que ya se dijo desde una pluma que mató : “Sí defendemos nuestros principios, es porque la verdad, como vosotros mismo decís no puede ser vencida. Prohibir no es discutir; el que me prohíbe no me convence; y lo que yo quisiera fuera que me convenciesen los más inteligentes, los más sabios. El que en vez de enseñarme me insulta, no hace sino poner de manifiesto el vacío de su pecho, la oscuridad de su cabeza. Id por el mundo, y enseñad á las gentes, dijo á sus apóstoles el Maestro; no dijo: Id, y condenad; id y predicad muerte y exterminio.” Juan Montalvo. Mercurial Eclesiástica.
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
