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viernes, 2 de julio de 2010

LA LIBERTAD DE EXPRESIÒN BOCCATO DI CARDINALE, DE LOS DICTADORES.

EDITORIAL DEL BLOG.

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, BOCCATO DI CARDINALE, DE LOS DICTADORES.

Los dictadores o sufren de tal síndrome hacen lo imposible por literalmente tragársela, y deglutirla, a trancas y a barrancas. Los autócratas entre los que se cuentan genocidas a través de los siglos todos han tratado de suprimir la libertad de expresión a sus pueblos, y en tales abyectos propósito han coincidido en los procedimientos siempre tramposos. Hipócritas.

Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, Videla, Los Hermanos Castro, no los cantantes, sino los de familia que somete a Cuba por más de 50 años, Chávez, y sus corifeos en la América Latina de nuestros días, Mahmud Ahmadineyad en Irán, el caído Sadam Husseín o el bestial Idi Amín Dada en su borrachera de poder, cargaron y cargan contra las ideas libres, los intelectuales, los informadores, los opositores.

Y es que los autócratas no admiten criterios diversos, porque de naturaleza son inseguros, y mal creen que el poder estará con ellos toda la vida. Los pueblos tienen dos grandes ventajas el tiempo y la paciencia constructiva, esa que da tiempo a prepararse, mientras los dictadores creen, que se cultiva el miedo.

Los déspotas de antes y los de ahora, luego de sus precarios días de poder, no tienen luego donde esconderse, los países liberados, no olvidan y pasan factura.

Por un tiempo los dictadores y sus lacayos, esos que traicionando hasta sus compañeros aúpan leyes en contra de la libertad de expresión, disfrutan del boccato di cardinale, pero su triunfo siempre es pírrico, más temprano que tarde el pueblo los hace regurgitar. La impunidad no es eterna.

Dr. Oswaldo Paz y Miño J