Un viaje entre puentes : OSWALDO PAZ Y MIÑO J.
Los seguidores de Enrique Vila-Matas en Ecuador aguardábamos impacientes la llegada de esta obra maravillosa, genial, del escritor catalán más valioso que en el momento tiene España. Un clásico viviente, un narrador de fama universal, que ha trasladado el domicilio de sus publicaciones. Ahora lo hace para Seix Barral del Grupo Planeta que se posiciona con tan buen fichaje. De todas formas los lectores somos agradecidos de la relación que el prosista tuvo con Anagrama. Ahora es, creemos, más accesible.
Dublinesca, para muchos de los vilamatianos, sería la obra más lograda del autor barcelonés. Nos guardamos de tales riesgosas evaluaciones, entre otras razones porque no quisiéramos saber de los límites de un autor tan excepcional, al que los bibliófilos aguardamos con paciencia en temporadas de sequía, seguros de que lo que presentaría sería de todas formas magistral.
El autor de El doctor Pasavento, El mal de Montano, Exploradores del abismo, París no se acaba nunca y otras linduras, que completan un largo y sabio catálogo, ha creado Dublinesca, una obra de arte en estado purísimo. A nuestro criterio, se requiere que el lector lea previamente esas obras de Vila-Matas para transitar mejor por sus huellas, las que tienen recorridos entre escritores como Walser, Joyce, Musil, Celine, Pessoa.
Queda expresada entonces la marca metaliteraria de Dublinesca, que igual se decanta por una sutil metafísica que viaja casi astralmente entre puentes que unen la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, las idas y venidas de un editor retirado que, agobiado e iniciando la vejez, intenta descubrimientos desde los sueños, los recuentos y los cementerios que avizora para las letras, para los autores, escritores y libros.
El lector es uno de los costados de algún puente, el escritor, el otro. Vila-Matas escoge a sus seguidores, le gustan leyentes permanentes, activos, inteligentes y enterados. Hay cofradías de sus fieles. Si no son tales, él no tendría razones para escribir. Allí en esta otra clave se miran líneas autobiográficas que se confirman en citas, apuntes de literatura portátil y copias a pie de calle de los dichos del día a día de los caminantes que recorren las metrópolis.
De New York a Dublín el gran viaje, pasando por James Joyce y su obra El Ulises, algo hay que festejar o destapar cada 16 de junio, el editor convida a los amigos a celebrar el Bloomsday, el evento que reúne a los admiradores de Joyce, a través del personaje central de su obra Leopold Bloom. El simbolismo del que se vale Vila-Matas en Dublinesca es grande, hermético y alquímico. En realidad toda su literatura es metamorfósica.
Una novela para disfrutar sin pausas, sin prisas y con todos los sentidos. Un manuscrito que reafirmará el amor que debemos tener a los libros.
La obra propone un reto, no habremos de dejar que la literatura escrita en papel desaparezca, NO, que todo lo digital conviva con lo tradicional cabe. ¿Cómo podríamos vivir sin libros, sin su olor, su textura, su desorden implícito en toda casa donde se los tenga por amigos y no como adornos? Lea Dublinesca e intégrese a la ‘Logia’ de seguidores de Enrique Vila- Matas y se le llamará a la ceremonia de iniciación.
Biografía
Enrique Vila-Matas
De su obra narrativa destacan ‘Historia abreviada de la literatura portátil’, ‘Suicidios ejemplares’, ‘Hijos sin hijos’, ‘Bartleby y compañía’, ‘El mal de Montano’, ‘París no se acaba nunca’, ‘Doctor Pasavento’, ‘Exploradores del abismo’ y ‘Dietario voluble’. Entre sus libros de ensayos literarios encontramos ‘El viajero más lento’, ‘Para acabar con los números redondos’, ‘Desde la ciudad nerviosa’, ‘Aunque no entendamos nada’ y ‘El viento ligero en Parma’.
