"EL CAMBIO", DE UNOS POLÍTICOS POR OTROS, LLAMADO, " LA REVOLUCIÓN CIUDADANA" HA CREADO UN REY NO, EN QUE SE HABLA DE MAJESTADES, QUE NO SON OTRA COSA QUE ESPACIOS PARA EL PODER ABSOLUTO, PARA, PARA EL IRRESPETO A LAS LIBERTADES DE LOS QUE NO ACEPTAN CALLAR, LOS QUE NO LE HACEN JUEGO AL SILENCIO CÍNICO, INTERESADO, COBARDE.
05 DE FEBRERO 2009.
Un precedente de intolerancia y desproporción
TOMADO DE EL EDITORIAL DE DIARIO - El Comercio" DE QUITO ECUADOR.
El Gobierno tiene que ser cauto y proporcionado al aplicar su poder frente a quienes critican la ‘majestad de la Presidencia’.
Por Editorial Diario El Comercio
Un agente fiscal ha solicitado a la Jueza Cuarta de lo Penal de Guayas la apertura de un expediente para procesar a los seis estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil que el 16 de agosto del año pasado protestaron contra el Primer Mandatario en las afueras del lugar donde se emitió la cadena presidencial sabatina. En su dictamen, el fiscal acusa a los jóvenes Rodolfo Baquerizo, Pedro Buitrón Pomader, Karol Solórzano, Raúl Gómez Lince, Alberto Icaza Béjar y César Coronel Garcés. La decisión se basó, según el funcionario, en el artículo 230 del Código Penal. El caso está en manos de la jueza Zoila Alvarado, quien deberá convocar a una audiencia preliminar para que el acusador y los inculpados expongan sus argumentos. Todo parecería formar parte de un proceso legal rutinario, pero un componente fundamental convierte el caso en trascendente para el futuro de la democracia ecuatoriana. Durante los dos primeros años de gobierno del presidente Rafael Correa ha ocurrido una decena de hechos vinculados con expresiones de descontento callejero contra la gestión del Mandatario. Sus protagonistas han sido reprimidos de distintas maneras, pero ninguno ha sufrido la amenaza de un castigo tan drástico como el que podrían recibir los universitarios. No se pone en duda la obligación ciudadana de respetar la ‘majestad de la Presidencia’, como tantas veces ha exigido el Jefe de Estado frente a sus críticos, pero sí vale la pena recordar asimismo que quien ejerce el poder debe ser cauto y hasta magnánimo, precisamente para no ser injusto ni desproporcionado. Los ecuatorianos deben estar alertas frente a posibles decisiones jurídicas que sean el resultado de presiones explícitas o sobreentendidas.
