RESEÑA ENSAYISTICA Dr. Oswaldo Paz y Miño J.
23 de Noviembre de 2008
Biblioteca
Justos por pecadores
Novela reveladora, audaz, valiente, emotiva, una denuncia a tomar muy en serio y a la que ha tendido la mano la literatura que bien conoce el autor. Consta de 222 páginas, publicadas y difundidas ‘urbi et orbi’ por editorial Planeta.La obra narra la traumática experiencia sufrida por Fernando Quiroz mientras estuvo atrapado física, psíquica y moralmente en las redes de la secta religiosa católica más rica, poderosa y peligrosa del mundo: el Opus Dei, fundado por José María Escriba Albás.‘Justos por pecadores’ es una detallada cuenta AUTOBIOGRÁFICA, prensada con escarlatas tintas. Sí, y nunca mejor dicho, que recuerdan la sangre derramada por el novelista, quien cuando joven fuera seducido e incorporado a la ‘Orden’, y sometido a un sistemático, lento y eficaz lavado cerebral, en el que se inculca una particular ideología que fusiona el fascismo político con el tradicionalismo religioso.
Los grandes males que han dividido a la humanidad: el fanatismo, la intolerancia y la ambición por el poder sobre todo son parte de la receta formativa de los integrantes de la elitista institución católica.Léanse en ‘Justo por pecadores’ ejercicios racistas, excluyentes de la gente pobre, adoctrinamiento dogmático y represión sexual. Los humanos deseos de placer se combaten con silicio, con autoflagelos inducidos por los conductores espirituales. El cuerpo es propicio para alquimias que a la larga transforman el dolor en satisfacción y el gusto en tortura."Traición supone abandonar el rebaño de Escrivá”. Los que quieren volver a sus familias, a su gente, a su sangre real, dejando de lado a la ‘fraternidad’ se han ganado el infierno; los disidentes, el odio.Los críticos, que no aceptan -entre otras muchas barbaridades- que “la guerra tiene una finalidad sobrenatural o que “la guerra es el obstáculo máximo del camino fácil, pero tendremos, al final, que amarla, como el religioso debe amar sus disciplinas” (Escrivá de Balaguer, ‘Camino’, 311); o que “el matrimonio es para la tropa y el celibato para el Estado Mayor de Cristo”, son considerados enemigos.Y no paran las “sorpresas”, la novela devela el menosprecio marcado por la mujer. Entre las escrituras del Opus se encuentran “linduras” que colocan a las féminas siempre en posición sumisa.“No se escriben estas líneas para mujercillas.- Se escriben para hombres muy barbados, y muy… hombres, que alguna vez, sin duda, alzaron su corazón a Dios…(‘Santo Rosario’). - Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios -ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas- habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración…(Camino, 946).Hombres y mujeres libres, ejerced vuestro derecho a leer sin censuras.“Estoy convencido de que no dudarás después de lo que te voy a confesar: en el Opus Dei está el futuro de la Iglesia. Todo está arreglado para que, cuando muera Benedicto XVI (y ojalá esto ocurra lo antes posible), el pontificado quede en la cabeza de la Congregación. Las fichas están jugadas”. Pág.116
Los grandes males que han dividido a la humanidad: el fanatismo, la intolerancia y la ambición por el poder sobre todo son parte de la receta formativa de los integrantes de la elitista institución católica.Léanse en ‘Justo por pecadores’ ejercicios racistas, excluyentes de la gente pobre, adoctrinamiento dogmático y represión sexual. Los humanos deseos de placer se combaten con silicio, con autoflagelos inducidos por los conductores espirituales. El cuerpo es propicio para alquimias que a la larga transforman el dolor en satisfacción y el gusto en tortura."Traición supone abandonar el rebaño de Escrivá”. Los que quieren volver a sus familias, a su gente, a su sangre real, dejando de lado a la ‘fraternidad’ se han ganado el infierno; los disidentes, el odio.Los críticos, que no aceptan -entre otras muchas barbaridades- que “la guerra tiene una finalidad sobrenatural o que “la guerra es el obstáculo máximo del camino fácil, pero tendremos, al final, que amarla, como el religioso debe amar sus disciplinas” (Escrivá de Balaguer, ‘Camino’, 311); o que “el matrimonio es para la tropa y el celibato para el Estado Mayor de Cristo”, son considerados enemigos.Y no paran las “sorpresas”, la novela devela el menosprecio marcado por la mujer. Entre las escrituras del Opus se encuentran “linduras” que colocan a las féminas siempre en posición sumisa.“No se escriben estas líneas para mujercillas.- Se escriben para hombres muy barbados, y muy… hombres, que alguna vez, sin duda, alzaron su corazón a Dios…(‘Santo Rosario’). - Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios -ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas- habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración…(Camino, 946).Hombres y mujeres libres, ejerced vuestro derecho a leer sin censuras.“Estoy convencido de que no dudarás después de lo que te voy a confesar: en el Opus Dei está el futuro de la Iglesia. Todo está arreglado para que, cuando muera Benedicto XVI (y ojalá esto ocurra lo antes posible), el pontificado quede en la cabeza de la Congregación. Las fichas están jugadas”. Pág.116
BIOGRAFÍAFERNANDO QUIROZ (Colombia, 1964) ha sido editor cultural y columnista del diario El Tiempo y ha estado vinculado a las revistas Cambio, Semana, Gatopardo y Soho. En 1993 publicó ‘El reino que estaba para mí. Conversaciones con Álvaro Mutis’. Entre 2000 y 2001 fue corresponsal de Gatopardo en Buenos Aires. En 2002 Planeta publicó su primera novela: ‘En esas andaba cuando la vi’. En 2006 apareció ‘Esto huele mal’ con el sello de Seix Barral, novela que cuenta con varias ediciones y que en 2007 fue llevada al cine. ‘Justos por pecadores’ fue finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casamérica 2008.
