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LA LECTURA ES UN PLACER. DISFRUTALO, TIENE QUE SER A SOLAS.

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ES "LA VITRINA DE LOS LIBROS Y AUTORES"

miércoles, 17 de septiembre de 2008

LEES Y ME ESCRIBES, NOS UNEN LOS LIBROS.. .Y MAS LIBROS. RESEÑAS ENSAYISTICAS. NECESARIA REPRODUCCION.


COMETAS EN EL CIELO
01/12/2007 11:09 PM

Biblioteca
Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño j 25 de Noviembre de 2007
Biblioteca
Cometas en el cielo

Una novela de alturas inconmensurables y es bestseller. Literatura bellísima, envolvente, magistral, diferente y podríamos seguir, pero es mejor no desbordarse. Volad vosotros mismos, atados de la piola mágica de una pluma cometa, hacia los confines de un libro conmovedor, entrañable. Uno que estará entre vuestros preferidos por todo lo que les quede de vida.

Lo adquirimos sin preámbulos mentales, pues sabíamos que el autor es un escritor afgano. Tal hecho garantizaba las hechuras de un tallador de letras, historias y formas de vida, poco conocidas en nuestro medio. Una apuesta que habíamos hecho antes y de la que habíamos salido con bien.

Nos la jugamos por abrirle al Ecuador nuevas vertientes de lectura en esta página que intenta proponeros siempre diversidad literaria. Les recuerdo de obras que en su momento acogisteis con beneplácito y que ahora mismo se pueden encontrar en las librerías de linaje de nuestra ciudad: 'El fusil de mi padre', del escritor iraquí Hiner Saleem, publicado por Anagrama; y el 'Reflejo de las palabras', del Maestro iraní Kader Abdolah, publicado por Salamandra, casa Editorial que también le pone su sello al tomo de nuestra portada de hoy.

Y es que hay tanto por descubrir que agobia saber que no tendremos las horas necesarias, aunque reciclemos con frecuencia por tanto karma que llevamos acumulado para que se nos consienta leer por los siglos de los siglos.

'Cometas en el cielo', narrativa emocionante, cruda, dedicada a los niños de Afganistán, que resultan ser todos los niños pobres del tercer mundo. Esos críos que sin haberlo pedido, nacen con la misma brújula: el hambre. Seres que se desploman por miles día a día en un planeta de mierda, que los ve caer con total inercia, como cometas desde el cielo.

Trescientas ochenta y dos páginas que atizarán en vosotros reacciones extremas: iréis desde la rabia mortal a la ternura contemplativa. Vuestros sentimientos se mantendrán en vilo, hoja tras hoja, los buenos y los otros. Probaréis poco de lo dulce y tragaréis mucho de amargo. Un tomo lleno de vida. Viajaréis desde el sueño más placentero a la pesadilla más violenta. Seréis testigos de la violación más infame que un abominable fascista, como todos esos, comete en un ser inocente y paladearéis con sangre las injusticias más atroces, cometidas en nombre de la religión.

Aplacaréis vuestros magmas con la hiel que impregnan los gestos nobles y los actos de perdón y olvido desconcertantes. Desearéis por lo dicho en algún momento ser actores del drama de 'Cometas en el cielo', para resolver en directo y de mano propia todos los entuertos. Para amar y odiar, cara a cara, sin callar, sin sufrir laceraciones por la obligada impotencia que en ocasiones se destina a los privilegiados lectores.

Algunos fantasmas se caerán de la estantería cuando los encaréis tomando a 'Cometas en el cielo' entre vuestras manos. Inschallah. La vida es un volar de ellas. Que el viento os sea propicio.


“No existe acto más miserable que el robo.
Cuando matas a un hombre, le robas la vida-dijo Baba, robas el marido a una esposa y el padre a unos hijos.
Cuando mientes, le robas al otro el derecho a la verdad. Cuando engañas, robas el derecho a la equidad. ¿Comprendes?
El hombre que toma lo que no es suyo, sea una vida o un rebaño de naan…, maldito sea. Y si alguna vez se cruza en mi camino, que Dios lo ayude.” Pág. 27

Khaled Hosseini

Nació en Kabul, Afganistán, el 4 de marzo de 1965. Médico y novelista. Publicó la novela ‘The Kite Runner’ en el año 2003 (‘Cometas en el cielo’, de acuerdo a la traducción de Salamandra). Su segunda novela, ‘A thousand splendid suns’ (‘Mil soles espléndidos’) fue publicada en 2007.

Su padre fue diplomático del Ministerio de Asuntos Exteriores afgano y su madre enseñaba Farsi e Historia en un gran instituto en Kabul. En 1976, el Ministerio de Asuntos Exteriores envió la familia a París. En 1980 estaban preparados para volver a Kabul pero para entonces Afganistán había sufrido la invasión soviética. Los Hosseini fueron a EEUU donde recibieron asilo político. En septiembre de 1980 se trasladaron a San José, California. Hosseini acabó los estudios secundarios en 1984 e ingresó en la Universidad de Santa Clara, donde se graduó en Biología en 1988. ‘Cometas en el cielo’, publicada en 2003, desde entonces se convirtió en bestseller y se ha publicado en 38 países. En 2006 fue nombrado embajador de buena voluntad de UNHCR.

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LA GUERRA DE LA FUNERARIA
23/11/2007 11:11 PM

Biblioteca
18 de Noviembre de 2007

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La guerra de la funeraria
Dr. Oswaldo Paz y Miño J.

Conocí esencias sobre esta novela mientras estaba en el horno dorándose como el buen pan. He aguardado para leerla. Una vez que la he tenido, la he consumido sin prisas, deleitándome, divirtiéndome, evocando mi irrepetible tránsito por los años setenta. Me ha satisfecho, la recomiendo.

Cruzadas las cartas astrales, coincidió que, llegando a la cima del libro de marras, asistí, por derecho propio, a la dignísima y sentida ceremonia de homenaje post mortem que la Unión Nacional de Periodistas rindió con solemnidad y honores a quien fuera su Presidente en el año 1968.

Allí, en la casa de la UNP, que construyera visionario Oswaldo Paz y Miño Clos, compartí, el viernes pasado, comentarios sobre La guerra de la funeraria con varios informadores, de la vieja guardia que identificaban con nostalgia y recuerdos deliciosos al hecho que da el título de esta propuesta de Editorial Planeta en 352 páginas, del escritor Byron Rodríguez V.

Repasamos con risas y afectos a algunos de los personajes que desde la ficción perfila la novela.

La historia ha juzgado a Guillermo Rodríguez Lara y a su gobierno. Quedarán tramos pendientes de los que pueden esquilmar detractores o partidarios.

La guerra de la funeraria llega en un momento vibrante y decisivo para el país, en el que el petróleo, como cuando fue descubierto y explotado por primera vez, está jugando su particular papel político y social. En un instante en el que las libertades de información y de expresión han sido tocadas. Y algunos cantan patria, democracia y asamblea.

Las épocas de los noticieros radiales artesanales, improvisados y llenos de informes ministeriales han pasado a la anécdota. Tales recoge con perspicacia, imaginación y sentido del humor Byron Rodríguez V.

En nuestros días, la chismografía ha quedado para los faranduleros. Radio Noticia era un medio de comunicación colectiva surrealista en todo. De novela, en efecto. Su director, gerente y propietario, un ser humano de buenas hechuras y estilos patentados. Querido por sus colegas él iba a su aire: ‘El negro’ Arcesio. Su mano apretó la mía en varias ocasiones.

La guerra de la funeraria son memorias de un “evento chusco” y cruento, que se quedaban en alguna parte. Pero un novelista de hechuras periodísticas profundiza y las extrae del baúl.

Faltó mencionar un dato para completar un instante de la vida de dos diarios quiteños. Una línea maravillosa de solidaridad: la acción cumplida por Diario El Día, periódico liberal de cepa, para con Diario El Comercio, su hermano de patio, cuando, incendiado este último, por consecuencia de la ‘Guerra de los mundos’ transmitida por la ‘Voz de la Capital’ había quedado fuera de operación. Ricardo Jaramillo, director de El Día, en gesto de hidalguía magnífica prestó el reverso de las páginas de su periódico para que El Comercio publicara sus propias noticias y anuncios. Y se cumplió. Las hemerotecas dan fe. Dos diarios se publicaron en uno. Febrero de 1949. Otros años. Otros seres.

Biografía
Byron Rodríguez Vásconez

Nació en 1960 en Pujilí. Transitó por el Colegio Militar Eloy Alfaro. El destino le cambió el sable por la pluma y el Ecuador ganó un escritor. Estudió Periodismo en la Universidad Central del Ecuador. Ha publicado: La cueva de la luna; cuentos, CCE, 1987 y el ensayo El niño de Isinche: poesía popular religiosa de Cotopaxi; Génesis, 1992. En 1996 con Bestiario de cenizas, su primera novela de ya cuatro ediciones, logró el segundo premio nacional de novela ‘Ismael Pérez Pazmiño’, compartido con Eliécer Cárdenas. En 1994 logró el premio nacional de Periodismo ‘Jorge Mantilla Ortega’. En 2006 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo UNP, en prensa.


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EL PEDESTAL DE LAS ESTATUAS
12/11/2007 10:52 PM

11 de Noviembre de 2007

El pedestal de las estatuas

DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO

La Reina Católica:
“ Quería la Inquisición con todas sus fuerzas, a pesar de todos los Papas de este mundo y del otro. Y la consiguió. Y consiguió por medios, nada santos, que las causas terminaran en Castilla, sin posible apelación a Roma. Y no cualquier Inquisición, sino una con elementos nuevos y sustanciales: aceptar las delaciones infundadas, interesadas o calumniosas sin la menor resistencia; negación total a dar los nombres de los testigos contra el reo, produciendo una absoluta indefensión.

” Pág. 102

Es la más reciente obra del escritor de Córdoba, que ya tiene nueve ediciones hasta la fecha, desde la primera presentada por Editorial Planeta en marzo de 2007, en España. Por fin la hemos comprado. Vaya para Osvaldo Obregón, el regente de la Editora en Quito, un sostenido gracias en representación de los que reconocemos tener por la literatura de Antonio Gala especiales aprecios. Estábamos aguardando El pedestal de las estatuas con impaciencia.

Se ha despachado el Maestro con un volumen de quinientas treinta y ocho páginas en las que no deja con cabeza a ninguno de los varios reyes títeres del llamado Siglo de Oro español. Gala, sin arredrarse, con certezas documentadas que provienen del baúl de un testigo privilegiado -nada más ni nada menos que del secretario de Felipe II, Antonio Pérez- ha tomado a la historia por los cuernos para con pelos y señales descubrir, cual forense ante un cadáver, las enfermedades de espíritu, mente y cuerpo que como peste se transmitían unos a otros, en la búsqueda del poder y la gloria, los más importantes monarcas de Europa en tales años.

Ellos y ellas estatuas, cuyo pedestal está relleno de basura moral, cometieron: incestos, pedofilias, asesinatos, secuestros, delaciones, infidelidades y genocidios, al amparo y en nombre de Dios y de la Iglesia Católica y Romana. Ésta, unas veces cómplice de los desafueros de los monarcas pervertidos y de los poderosos sin escrúpulos, y otras, asesina de mano propia, violadora por acción y omisión de cuerpos y almas de hombres, mujeres y niños pobres: españoles, judíos, moros, cristianos, negros, gitanos e indígenas, de la América, para esas épocas nuevo continente.

Gala ha destapado con sabiduría, temple y resolución memorias pestilentes que, por crudas y duras, las difunde para que sean leídas y repasadas por los historiadores, que hallarán pistas, y por sobre todo para los pueblos de los dos lados del Atlántico, o sea por ellos y por nosotros.

Que sepan los autócratas, que no somos sumisos, que detestamos a los levantamanos, que nos liberamos de los dogmas. que repudiamos a los intolerantes, que no les haremos estatuas pese a sus desvergonzados esfuerzos, que escupiremos sobre sus egolatrías, sobre sus abusos de poder, sobre sus intenciones de callarnos, de impedirnos pensar o criticar. Que no somos súbditos. Que somos ciudadanos. Que somos demócratas.

Hechos pasados por fiscales, siglos atrás, narra la novela. Fechas cita. Nombres denuncia: Isabel La Católica, despiadada, perturbada, mala de entraña, ambiciosa, fanática y trafacista. Y otros de raleas similares: Carlos I, Juana “la loca” y toda una generación de insensatos, Carlos V, Felipe II quien tenía -según creía- a Dios por asistente. Lugares mágicos: El Escorial y cuerpos desnudos, en el pudridero real. La historia verdadera. Lo que se lee parece ficción. Testimonios de un guardador de papeles. Historia novelada.

BIOGRAFIA ANTONIO GALA


Dramaturgo, novelista, poeta y ensayista español. Ha escrito el libro de poemas Enemigo Íntimo (1959) por el que recibe un accésit en el Premio Adonais de Poesía. En la primavera de 1963, ya de regreso a España, recibe el premio Las Albinas, por su relato Solsticio de Verano. En julio le es concedido el Premio Nacional Calderón de la Barca por su comedia Los Verdes Campos del Edén. Comienza así una larga y fructífera carrera como dramaturgo: Anillos para una dama (1973) o Petra Regalada (1980). Escribe incluso el libreto de la ópera Cristóbal Colón, con música de Leonardo Balada, estrenada en el Liceo barcelonés en 1989. Con su primera novela El manuscrito carmesí (1990), ganó el Premio Planeta. A ésta le ha seguido La pasión turca (1994), Más allá del jardín (1995), La regla de tres (1996), Las afueras de Dios (1999), El imposibl! e Olvido (2001) y Los invitados al jardín (2002). Posteriormente ha publicado El dueño de la herida (2003) y El pedestal de las estatuas (2007).


BESTIA PURA DEL ALBA-POESIA
06/11/2007 09:18 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J 4 de Noviembre de 2007

Bestia pura del alba

Pienso como Antonio Gala, que los que leemos poesía no debemos vernos reflejados en ella, cuando el poeta es otro. Declaro que en mis huidas, pesadumbres, desvelos, ausencias, desencantos, urgencias suicidas, angustias, depresiones y caídas, busco sostén, consuelo, anclaje, impulso, reposo, razones para no derrumbarme y fuerzas para no abatirme, para no apretar el gatillo, para no ejercer el derecho a morir, en las sentencias de los poetas y en las notas más tristes de los músicos eternos. Con tales bálsamos me instalo en corduras, memorias, sentimientos, olvidos, misticismos internos, reconstrucciones, y hurgo con desesesperos en el amor. Intento así no caer en el viaje vertical sin retorno.

Me ha evitado un naufragio el libro que esta semana expongo a vuestros paladares. Uno de esos tomos que guardo en la ‘cava’ para ocasiones especiales.

Uno, que tenía en reserva entre los tintos preciados, para degustarlo instalado entre aromas habaneros, reencuentros vitales y soledades impúdicas, entre mis despechos existenciales, rabietas mal digeridas y masoquismos previos, al final de finales.

La vitalidad del tomo de marras me ha impuesto el deseo de vivir varios trechos más, de no abandonar mis lecturas abruptamente. Un volumen impreso con fresca ternura y mucho arte, lo que ya es parte de la identidad de Editorial Archipiélago. De Rafael Díaz Ycaza: ‘Bestia pura’ -antología poética- seleccionada, in extremis, con finura y sapiencia, por Jorge Enrique Adoum e interpretada en colores y formas por el pincel mágico de Enrique Tábara. Trescientas ochenta y tres páginas de poyesis, de creación dócil, como decía Platón.

Versos impregnados de autobiografía. El género perdurable, tallado en letras de piedra. El tallador, de mano propia, ha esculpido sus trances, heridas, viajes, soledades, pasiones, ciudades, paisajes, aromas, recuerdos y frustraciones. Un poeta bueno -escritor de raza- y un libro de portento. Bien claro lo tenía Borges: “El poeta no es la voz de las opiniones -que cambian y además son superficiales- sino la voz de algo más hondo.


Profundo es Díaz Ycaza, como también atrevido, mordaz e irónico. Juez de sí mismo, amante de su tierra, enamorado del Che, querendón del Río Guayas y petulante trovador de desaires a la muerte. Un vividor de metrópolis, emigrante sinfónico, caminador extravagante, vate infatigable e impenitente cuyo Testamento dice:

“Dono todos mis sueños:/ A los niños de manos vacías/ A las hermosas que tienen un solo ojo/ A los que fueron sedientos de justicia y hoy solamente son sedientos de cerveza/ A los hombres de los ojos secos/ A los que renegaron tres veces del Maestro y lo siguen amando. A los que tienen una sola camisa./ A los futbolistas de las piernas quebradas/ A los dementes expulsados de su casa/ A los niños que venden cigarrillos/ A las niñas vendedoras de altanoches/ A los que en vano velan porque nada se les revela/ A los padrinos que no conocen el placer de dar/ A las princesas inquilinas de los conventillos/ A los que pasan las noches y las madrugadas contemplando el brillo de las constelaciones/ A los uniformados que no quieren matar/ A todos los miserables y sufrientes , a los que solo saben llorar, a los que tienen hambre de amor, dono todos mis sueños” Fragmentos: págs. 21,23,25.

Buscar lo bello que se os convierta en tendencia. La poesía aplaca las turbulencias del alma.

BIOGRAFÍA

Rafael Díaz Ycaza

Guayaquileño. Nacido en 1925. Licenciado en Ciencias de la Información y profesor universitario. Ha sido presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas por tres períodos. Autor de ocho libros de poesía, en los que se sustenta la antología que hoy recomendamos, más dos novelas y libros de cuentos. Ha recibido distinciones tales como: Gran Premio de la Academia Literaria del Instituto Nacional de Santiago de Chile, Premio Nacional de Cuento José de la Cuadra, Premio Nacional de Poesía Medardo Ángel Silva, Premio Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño y Premio Nacional Aurelio Espinoza Pólit.

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EL HOMBRE QUE MIRA
01/11/2007 10:10 PM

28 de Octubre de 2007
POR. DR.OSWALDO PAZ Y MIÑO J

El hombre que mira

Alberto Moravia se atrevió a poner en negro sobre blanco lo que a muchos cuesta aceptar: denunciar que todos somos mirones impenitentes, de mayor o menor cuantía, pero voyeurs al fin. Hombres y mujeres.

El escritor italiano, con imaginación, lenguaje y erudición en temas psicológicos frecuentes en su obra, se lanzó a explanar sin pacatería, sin eufemismos ni retoques la verdad de que, sin exclusiones, las relaciones entre humanos pasan siempre por lecturas.

Que incluso aquellos que con poca o ninguna frecuencia se tropiezan con las letras también leen. Deja claro que entre los placeres más refinados está mirar -a cubierto o con descaro- que atisbar en todas las direcciones sirve para aprender.

Es de humanos descifrar entre páginas, develar entre pliegues, degustar de acechar: rostros, pasiones, gestos, carnes, pieles y aromas, que también se otean como los deseos que se advierten en lo platónico de las reflexiones.

Se escrutan los sentimientos ocultos con solo fijar miradas. Se liberan urgentes agobios tallando texturas, delineando cuerpos, fotografiando gemidos.

La novela, si no dejáis de lado prejuicios, no se desnudará ante vosotros. Requeriréis una dosis de valor y de cinismo para consumirla, para transitar por sus líneas. Razones: todas. Sí, Dios es un escrutador infatigable y a su imagen estamos hechos, a Él nada de lo que hagamos le pasa desapercibido, en todos los recovecos lo tenemos instalado.

Por ello, el que apunta tiene poder. El que se adentra sin ser visto cuenta con el arma de la sorpresa; ahí una de las razones por las que preferimos la oscuridad. La luz para mirar los actos de ellas, Por ejemplo, furtivamente, en los instantes en los que se nos acoplan, en los guiños con los que se complacen.

El cuerpo se expresa como el alma escribe. El deseo es el impulso del alma. Y el espíritu de ‘El hombre que mira’ está hecho de tales sangres: arrebatos carnales, recuentos lúbricos, rutinas abominables, anticipaciones retardadas, enigmas dolorosos, ritos sensuales, impúdicos; de retratos, de espejos, de parejas disparejas, de dobles cuerpos, de libros impropios, pero mágicos; de claudicaciones, de odios, de llantos, de autosobornos mentales, de borracheras orgásmicas, de mentiras totales, de despojos humanos.

La transgresión campea cuando la mirada es traviesa. El deseo se agasaja, toca su propia sinfonía tras los cortinajes de la pupila.

Es conductor de traiciones el cuerpo. Es un grado la experiencia, Es atormentadora la duda. Es infame la enfermedad: un pretexto de la muerte. Que las tocaciones no os sean monótonas, sí placenteras y en ambientes propicios. Que los riesgos valgan la pena. Leed hasta que se os consuman los ojos.

“-Quién es Olimpia?

-Una hermosa mujer blanca.

Sin decir palabra, se tiende en la cama como si fuera una Venus del Tiziano. El pecho pequeño y el vientre prominente en cierto modo me recuerdan a la mujer del Renacimiento. Me mira, y en sus ojos vuelvo a encontrar la curiosidad indiscreta que es propia del voyeur: en realidad mientras se exhibe, espía en mí una posible turbación provocada por esta exhibición. De repente le pregunto:

-¿Por qué me miras?

-Aquí ! el que mira eres tú.

-Entonces digamos que nos miramos el uno al otro.

-Eso es. Ahora dime cómo quieres que me ponga, replica ella, riendo.

-Como Olimpia; espera, ya me ocupo yo de eso.”

BIOGRAFÍA

Seudónimo de Alberto Pincherle, escritor nacido en Roma. Cuando era joven y mientras se recuperaba de una tuberculosis, comenzó a escribir acerca de las dificultades morales de las personas atrapadas por las circunstancias. Sus trabajos se caracterizan por un estilo austero y realista.

Su primera novela, ‘Los indiferentes’ (1929) le hizo saltar a la fama en Italia. ‘La mascarada’ (1941) -una sátira sobre los dirigentes fascistas de la II Guerra Mundial- fue prohibida por las autoridades de su país y tuvo que esconderse para escapar de la prisión.

Publicó después de ‘Agostino’ (1944), ‘La romana’ (1947), una novela cuya protagonista es una prostituta, y la colección de narraciones breves ‘El amor conyugal y otros cuentos’ (1949), en los que lleva a cabo una profunda prospección psicológica. En su trabajo más conocido, ‘La ciociara’ (La campesina, 1957), La noia 1960, La mentira (1965).

Entre sus últimas obras se encuentran: ‘El hombre que mira’ (1985) y ‘Cuentos romanos’ (1983), una colección de 20 narraciones cortas.

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KITCHEN
21/10/2007 09:54 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J. 21 de Octubre de 2007

Biblioteca

‘Kitchen’

Esta preciosa novela penetrará incluso en aquellos lectores de acorazado espíritu. Es material líquido, liviano, dulce, amoroso, seductor, candente y doliente, recogido por Tusquets Editores, en un volumen en el que caben dos novelas cortas, que se toman doscientas páginas. ‘Kitchen’, en el Japón, ha superado las sesenta ediciones. Pinceladas de enorme fulgor de una de las más potentes artistas de la literatura japonesa contemporánea, la escritora, Makoko Yoshimoto, quien utiliza el seudónimo de Banana Yoshimoto.

‘Kitchen’ es una insólita, simple y diferente historia de amor. Os corresponde averiguar el final. Se me han agolpado varios recuerdos en la mente cuando he vivido esta emocionante y sofisticada novela romántica, que se nutre de soledades, perturbaciones, tragedias, cábalas, espumas, pócimas, crispaciones, silencios y música propia.

Novela contestataria a la intolerancia, al irrespeto mayoritario de sociedades pacatas por las preferencias sexuales del prójimo. Letras que pintan el mundo por demás realista de aquellos hombres, que sólo son tales porque la naturaleza les ha dotado de un pene, que les resulta un colgajo inútil, ya que en su ser, ellos son ellas, de tomo y lomo. De esplendorosas figuras unas y de platinadas voces, todas.

Dice Antonio Gala: “El amor es una amistad con tiempos eróticos” y “la amistad es un amor imperfecto porque le falta lo erótico”, “el Eros es un amor imperfecto porque le falta lo amistoso con su firme y sosegada lealtad”.

Evocadoras letras las de ‘Kitchen’. Provocadoras también. Y es que los amantes se aman desde los guisos. No desde los besos. Desde los aromas y los condimentos. En las exclusiones de las cafeterías. En los rituales de la ceremonia del té. Lejanos de los tocamientos carnales se acercan, y se distancian en multicolores jardines.

He revivido con ‘Kitchen’, que también ha sido llevada al cine, la magnifica película, ‘In the mood of love’ del director chino, Won Kar Wai. Amores platónicos que transitan en orillas diferentes, separados por verdaderos abismos. Irresistibles mensajes elaborados en deliciosas recetas, que los enamorados han de intentar, mientras comparten: tragedias, desolaciones, despedidas y viajes sin retorno, de seres que aman en comunidad.

Ciclos de muerte. Evasiones. Y claustros en los que la cocina es el área más acogedora, más cercana, más compartida, por lo que ha de tener luces y sombras, que permitan libertades: ritmos, tonos, palabras, quejidos, gritos. La cocina convertida en estancia para crear odas distintas, y pienso en Neruda: Y las cebollas y las manzanas y las alcachofas y el vino y el congrio. Y en esos refugios en los que se curan las heridas que llagan el alma, con degustaciones sibaritas, que pasan por la boca: labios, senos, caderas y todos los surcos, valles y curvas por donde el amor alimenta.

Acto de noble querer es el de interrumpir sueño ajeno, para compartir degustaciones, y manjares hirvientes o tartas y besos.

-¿Has comido muchas cosas buenas?

-Sí. Sahimi, gambas, carne de jabalí…Hoy, y hablando de comida, he enviado un paquete con wasabizuke, tarta de anguilas y té a mi apartamento. Puedes ir a recogerlo.

-¿Por qué no has enviado gambas y sashimi?-Dijo Yuichi.

-Eso no se puede enviar -dije riendo.

-Bueno, mañana voy a buscarte a la estación, así que tráelo tú misma. ¿A qué hora llegas?-dijo alegre.

La habitación era cálida y el vapor de agua iba llenando toda la estancia”. Pág. 143.


BIOGRAFÍA

Mahoko Yoshimoto nació en Tokio en 1964. Hija del célebre crítico y ensayista Ryumei Yoshimoto, crece en el amor a las tradiciones de Japón, al que rinde homenaje constantemente en su obra. Con 22 años, consigue la licenciatura en Literatura (su tesis el relato Moonlight shadow, fue premiado como mejor obra en concurso entre jóvenes escritores principiantes). Ama las flores rojas y carnosas del banano, del que extraerá el seudónimo con que se le conoce en el mundo: Banana. Con su primer libro, ‘Kitchen’, se impone rápidamente como una de las escritoras más representativas de Japón. El favor de la crítica le vale muchos premios literarios. Su estilo, fresco y directo, y los temas que aborda, como el amor, la amistad, la muerte y la soledad, han hecho de cada obra de esta autora un caso literario. Ha dicho: "Escribo novelas porque siempre hubo algo que quise decir, y quie! ro seguir a todas costas, mientras no aguante más".


EL VIAJE VERTICAL
16/10/2007 10:24 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J. 14 de Octubre de 2007

Biblioteca

El viaje vertical

Por contradictorio que parezca, desde que nacemos, iniciamos una caída, un descenso raudo, concreto, hacia el abismo. Llegar al fondo del precipicio es cuestión de tiempo. Y éste siempre resulta corto. Con el paso de los años ‘el viaje vertical’ se nos hace más vertiginoso. La nebulosa, en la inercia va desapareciendo, somos más conscientes del destino final y hasta percibimos el color de las sombras.

Los que nos engendraron directamente nos condenaron a muerte. Nos pusieron a transitar por la vida a sabiendas de que nos embarcaban, sin nuestro consentimiento, en un vuelo sin retorno. Nacer y morir son hechos en los que no cuenta el criterio de los protagonistas, ni de los que los involucrados puedan dar fe, ni guardar en la memoria.

Enrique Vila Matas, con la novela expuesta, publicada por ‘Anagrama’ en doscientos cuarenta y dos páginas, logró el Premio ‘Rómulo Gallegos’ en el año 2001.

Comparten el mismo galardón, escritores de la talla de: Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Abel Posse, Manuel Mejía Vallejo, Arturo Uslar Pietri, Mempo Giardinelli, Javier Marías, Ángeles Mastretta, Roberto Bolaño, Fernando Vallejo, Isaac Rosa y Elena Poniatowska.

‘El viaje vertical’: recuentos vitales profundos. Tomas de sangres inclementes. Reclamos interiores y exteriores de nuestras razones para vivir. La lista de torturantes especulaciones que solemos tejer alrededor de lo que pudo haber sido y no fue. Las preguntas que nos agobian cuando empiezan a oler los especiales perfumes de la vejez y brotan, espontáneos, los embates de la memoria, que se nos vuelven necesarios, imprescindibles, cada vez más urgentes, adictivos, aunque nos puedan resultar dañinos, insoportables, dolorosos, espantosos, pero, paradójicamente, reconfortantes, porque respiran con nosotros.

“El viaje vertical”:
De la noche a la mañana, el destierro a la soledad obliga a un anciano a descender al Sur para recuperar el tiempo perdido. Sus meditaciones al filo del abismo, en ‘finisterre’, le extraen a salvo y revitalizado de los escupitajos de las olas, transformados en recuerdos. Saturado de sal, encara a todos sus fantasmas para diluirlos y resurge en volutas, energizado de amor propio, desde las grietas hondas del Fado, enamorado de las melancólicas y de Lisboa. El último impulso esperanzador le llega sobre los 70 años, como les sucede a los enfermos terminales, antes de rendirle el elogio final a la sombras.

La historia de todos los humanos es la misma. Ciclos. Novela metafísica. Letras de aprendizaje. Tanto nadar para siempre morir en la orilla. Por eso son banales, frívolos y simplones, los ricos solemnes, que se creen profundos; los banqueros implacables, verdugos del prójimo; los gobernantes intolerantes y vanidosos. La tierra en su sabiduría regurgita a muertos de esa laya. No sirven ni para abono.

“Eran las cinco de la madrugada, abandonó el hotel. Dejándose llevar por su excepcional capacidad para hundirse, sintió que él era la Atlántida misma y que, en el breve tiempo de una noche, temblaba entre terremotos e inundaciones y, dejando atrás la sardana extraña, iniciaba su último descenso y, en una inmersión muy vertical, se hundía en su propio vértigo y llegaba al país donde las cosas no tienen nombre y donde no hay dioses, no hay hombre, no hay mundo, sólo el abismo de fondo.” Pág. 242

BIOGRAFÍA

Catalán nació en Barcelona. Estudió derecho y periodismo. En 1968 era redactor en la revista de cine ‘Fotogramas’. En 1971, en Melilla, escribió su primer libro, ‘Mujer en el espejo contemplando el paisaje’. Vivió en París dos años, desde 1974, en una buhardilla que le alquiló la escritora Marguerite Duras; allí escribió su segunda novela, ‘La asesina ilustrada’. Su tercer y cuarto libros,’ Al sur de los párpados’ y ‘Nunca voy al cine’, aparecieron en 1980 y 1982, pero sólo empezará a ser conocido en 1985 con su libro ‘Historia abreviada de la literatura portátil’. Publica a continuación: ‘Una casa para siempre’, ‘Suicidios ejemplares’, ‘Hijos sin hijos’, libros de relatos. ‘Recuerdos inventados’ es una antología de sus mejores cuentos. Ingr! esa al género novelesco con obras como: ‘Lejos de Veracruz’, ‘Extraña forma de vida’, ‘El viaje vertical’, ‘Bartleby y compañía’ y ‘El mal de Montano’, entre otras. En 2005 aparece ‘Doctor Pasavento’, una de sus obras cumbres.

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EL CUADERNO VERDE DEL CHE
07/10/2007 07:58 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J. 7 de Octubre de 2007

Biblioteca

El cuaderno verde del CHE

La lectura era la más segura compañía del Che Guevara, sería porque amaba la soledad. Pero la lectura es siempre un destierro, una forma de exclusión. “Quien lee deja de vivir. Dejad de vivir y leed. ¿Qué es la vida?”, expresó una vez Fernando Pessoa.

“El hecho de que me escape para leer, huyendo así de los problemas cotidianos, tendía a alejarme del contacto con los hombres, sin contar que hay ciertos aspectos de mi carácter que no hacen fácil intimar”, dijo por su parte el Che en su ‘Diario de la Guerrilla en el Congo’.

Bibliófilo como era, exponía el pellejo por leer. Y esto, más allá de la leyenda. En varias ocasiones en Cuba y en Bolivia, descargó el peso de sus alforjas, de pertrechos útiles para la guerra, para colmarla con el exceso liviano de equipaje que para él eran los libros.

De la mochila del comandante Ernesto Guevara, sus verdugos, cobardes, luego de asesinarlo, se repartieron todo: “un magro botín: 12 rollos de película, una veintena de mapas corregidos con lápices de colores, un radio portátil que hacía tiempo que no funcionaba, un par de agendas y un cuaderno verde” (pág. 9).

‘El cuaderno verde del CHE’ es una prueba de mano propia de sus últimas lecturas. La antología manuscrita de forma hermética de sus más cercanos poetas: Pablo Neruda, Nicolás Guillén, César Vallejo y León Felipe. Un tomo lleno de vitalidades, refuerzos morales, huellas de amor, expresiones escogidas, sensibilidades e identificaciones.

Seix Barral, transgresora, expone cara al mundo globalizado y consumista, poco idealista, varias facetas íntimas de uno de los hombres más íntegros que ha parido la humanidad.

“Si un hombre se siente eslabón de una gran cadena humana, es porque se han confundido-fundido con- y ha consentido-sentido con- en lo que millones y millones de otros hombres distantes, en el espacio y en el tiempo, aspiraron en común y soñaron. Eso sólo a través de los libros puede conseguirse. El libro es lo que nos purifica y multiplica, lo que nos prolonga, lo que nos reclama, lo que nos humaniza”, según Antonio Gala.

El Comandante asesinado el 8 de octubre de 1967 fue: “El último lector -según Ricardo Piglia- porque ya estamos frente al hombre práctico en estado puro, frente al hombre de acción.”

Marzo, 1965. La Habana ‘Año de la Agricultura’. El CHE se despedía de sus padres. “Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo”. “El quijotismo como un modo de ligar la lectura y la vida” (Piglia). “La literatura es un destino” (Borges).

El argentino más universal de todos los tiempos asumía la tarea final sin eludir responsabilidades, hasta encontrar en su ruta la victoria o la muerte. Le dice a Fidel en su carta testamento de marzo, 1965: “Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos”.

“Caminante son tus huellas/ el camino nada más/caminante no hay camino se hace camino al andar/Al andar se hace camino/y al volver la vista atrás/se ve la senda que nunca/se ha de volver a pisar” (Antonio Machado).

El Che era miembro de la fraternidad universal de lectores. Mañana se cumplen cuarenta años de su muerte. Junto a Carlos Puebla repetimos: "¡Hasta siempre, Comandante!"

“/Aquí se queda la clara / La entrañable transparencia /De tu querida presencia / Comandante CHE Guevara”.

BIOGRAFÍA

Paco Ignacio Taibo II

Francisco Ignacio Taibo Mahojo, mejor conocido como Paco Ignacio Taibo II, es un escritor hispano-mexicano nacido en Gijón, Asturias, España el 11 de enero de 1949.

Ha realizado muchas actividades, ejerciendo como político, activista sindical, profesor universitario en la Facultad de Historia y Antropología de la UNAM, periodista, director de revistas, novelista y director de la Semana Negra de Gijón.

Ha sido director de las series ‘México, historia de un pueblo’ y ‘Crónica general de México’ (1931-1986); del suplemento cultural de la revista ‘Siempre’ (1987-1988), y de las revistas ‘Enigma’ y ‘Bronca’. Su obra abarca novelas históricas, crónicas y novelas policíacas.

Debido a que su familia tenía una gran tradición socialista se marchó de España en 1958 durante la dictadura franquista para instalarse en México.
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EL BESO
01/10/2007 10:46 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J. 30 de Septiembre de 2007

Biblioteca

El beso

Gustav Klimt, pintor simbolista austriaco, se atrevió a eternizar ‘El beso’, en su óleo ‘Der kuss’, en el alemán original, trabajado entre 1907 y 1908. El artista seductor retrató el gesto de amor en dimensiones de 180 por ciento ochenta centímetros. Si sabría él, como era, de besares y besadoras, de amantes y amadas.

De alientos retenidos y de salivas entregadas. Muchas damas dieron -está apuntado sin recatos, ni recelos, sin prejuicios y con pocos velos- en el catre del artista, antes o después de ser escrutadas a fondo por su devorador pincel.

El bohemio, pintor de desnudas, sabedor y sibarita de los deleites de la carne, plasmó para siempre en un cuadro lo que sería el recuento de todas sus pasiones: ‘El beso’, el ósculo, que lo envolvería a través de los tiempos, más allá de la temporalidad de la muerte, con su musa más fiel, con su mujer más deseada, con su concubina incondicional e inteligente: Emilie Fl­ogue.

Elizabeth Hickey, la autora del tomo romántico que pinta esta página, se adentra en la intimidades recónditas de la Flogue, a tal punto que se funde con ella para deleitarnos de primera voz con una obra, que lejana nos quedaría, de sólo ser -como es- ficción histórica. La escritora pasa a protagonista y rompe con su propio formato, se hace del espíritu, del cuerpo y de las circunstancias del personaje, y transforma lo que iba de novela en bitácora propia.

Letras en las que las sensaciones auditivas, visuales, gustativas, olfativas y táctiles van asociadas con momentos históricos particulares para la humanidad, y para lo que fue el imperio austrohúngaro, hacen del paso por el manuscrito, publicado por SUMA en doscientas noventa y cuatro páginas, un verdadero deleite que, dado el momento, podría solamente ser superado por un beso prolongado, irreverente, estremecedor y volcánico, que nos acerque al momento cumbre, a la instancia final, a la muerte, que deje rastros, que ignore las palabras, que no pase de monosílabos, que no pueda decirse en otras bocas y que no pueda expresarse en otras lenguas.

En el beso, uno besa y el otro se deja besar. En el amor, uno ama, el otro se deja amar. En la clandestinidad, uno es el amante, otro el amado. En la obra, hay uno que domina y otra dominada, sometida, sumisa, que disfruta, que acepta, que convive y comparte, en silencio, sin reclamos ni escenas, el amor de su hombre, en la seguridad de que ella es la hembra a la que el irrefrenable pintor siempre vuelve. Ya que con ella cuenta para todo: para ignorarla, traicionarla, deslumbrarla, coparla. La incondicional, la dueña de la herida. La que le llevará el último quejido a la tumba.

Borges digo: “La literatura es como una biblioteca infinita de la que cada individuo sólo lee unas páginas; pero quizás en esas páginas esté ya lo esencial”. Dos besos llevo en mi alma, el último a mi padre y el primero que te di.


“Nunca antes había besado a nadie que no fuera de mi familia. En cierta medida, esperaba que Gustav me apartara, pero no lo hizo. Me sorprendió la suavidad de su barba. Me hizo cosquillas en la cara. Con delicadeza me abrió los labios y metió su lengua. Era extraño, pero agradable. Sabía a café y a menta. Abrí los ojos y miré sus pestañas; eran largas como las de una niña. Sus brazos, como de mármol, me rodeaban sólidos. Me sentí extrañamente inmóvil por el efecto. ¿No se suponía que tenía que desmayarme? pág. 95.

De la autora

Elizabeth Hickey es historiadora del arte. Ha cursado estudios de postgrado en Columbia y actualmente reside en Pórtland (Oregon) con su marido. Tiene sólo dos novellas publicadas. En España ‘El beso’, editado por Suma de Letras.

Gustav Klim
(1862-1918)

Pintor simbolista austríaco y uno de los miembros más prominentes del movimiento Art Nouveau de Viena.
Klimt también fue un miembro honorario de las universidades de Munich y Viena. Sus mayores trabajos incluyen pinturas, murales, bocetos y otros objetos de arte, muchos de los cuales están en exposición en Viena. Fue el líder fundador de la Wiener Sezession (Secesión de Viena) y de su periódico ‘Ver Sacrum’.

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SÓNIECHKA
24/09/2007 09:05 PM

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J. 23 de Septiembre de 2007

Biblioteca

Sóniechka

Fueron los ojos verdes de Sonia, una dama que podría ser mi madre, los que me atraparon cuando tenía ocho años. El color de esa mirada fue determinante para que pasado el tiempo yo encontrase en las pupilas color aceituna de Adriana, mi compañera irrepetible, las luces que iluminarían mi vida, las que espero brillen por mí el día de mi muerte.

La novela que os presento es corta y bellísima de muchas maneras. Entre las líneas mas cálidas, llenas de tonos, colores, y magias están los apelativos variados y escogidos, de féminas, que dichos, dan rienda suelta a la imaginación, todos sensuales, provocativos, tiernos, atrevidos, apasionados, vibrantes, candentes, húmedos, lascivos, audaces y peligrosos: Tania, Taniechka, Yasia, Sofía que significa sabiduría y es diminutivo de Sonia, Sóniechka, Natasha, Atenas, Gea, Yelena, Nikítskie.

Y es que en este relato, las mujeres tienen la palabra. Una Sóniechka cuya amante es la lectura. Otra, Tania cuya pasión es la experiencia de él, del pintor, Roberto, añejo, con olor a roble. El que mide todas las frases y sabe de todos los temas. El que se la come a besos. Ella la amada que se deja, frívola en los gemidos, exultante en los poemas, escritos todos, desde la frescura de sus poros, desde los aromas prohibidos de su carne juvenil.

Sonia es la dueña de la herida. Ella que de un día a otro vio pasar las lunas, todas en una. Madura. De actriz desciende a espectadora. Cumple bien su papel: mira, calla, escucha. Absorbe. Lee. Asimila de sus maestros: Dostoiweski, Leskov, Turgéniev, Pavlov, Gregorio Palamas y Pausanias y Shakespeare. Prueba en el escenario la verdad de su amor, desde los contrastes, de la segunda fila para atrás. Si su amado ama, auque sea a otra, su amor esta recompensado. Sombras que solo leen los dioses.

Recovecos de magnificencia humana prensados en ciento dieciocho páginas por Anagrama. Una excepcional novela de la autora rusa Liudmila Ulítskaya. Las librerías que cumplen con sus fieles importando Anagrama son las que nos permiten comprar estas gemas literarias a los que hemos claudicado ante el vicio de la lectura.

Leyente que soy y no lo oculto. Queda otra vez confesado, he recordado de ese magnífico ensayo de Junichiró Tanizaki ‘El elogio de la sombra’: “La belleza pierde toda su existencia si se suprimen los efectos de la sombra”.

Y hay más. No quedaréis indemnes vosotros los bibliófilos que os atreváis con Sóniechka. No, que os tocará de lleno. Si sufrís como ella la misma enfermedad crónica, si os habéis impuesto la misma misión imposible, padeceréis como ella de la misma frustración: no podréis leer en todas vuestras vidas toda la literatura. Y diciendo de vosotros hablo por mí.

No caben retrocesos. Claudicar sería imposible. Leed con talante, tiento, talento y firmeza, que la “sensación de desplazamiento espiritual” no se os vaya, hasta el último hálito de vida, no vuestro enteramente, sino de vuestros ojos. Al final, la novela que os encomiendo, trata en el fondo de esos instrumentos. Como yo la veo.


“Desde pequeña, salida apenas de la primera infancia, Sóniechka se zambulló en la lectura. Su hermano mayor, Yefrem, el bromista de la familia, le repetía incansablemente la misma chanza, que ya sonaba pasada de moda en el momento de su invención: ”¡a Sóniechka, de tanto leer, se le ha puesto el trasero en forma de silla y la de nariz de pera!”, pág. 7

BIOGRAFÍA

Liudmila Ulítskaya nació en 1943 en los Urales, pero creció y se educó en Moscú, donde vive en la actualidad. Bióloga de formación, trabajó en el Instituto de Genética de Moscú antes de emprender su carrera literaria. Poco antes de la perestroika se convirtió en directora del repertorio del Teatro Kámerni (teatro judío estatal) de Moscú. Es autora de una veintena de libros de ficción, cuentos infantiles y obras teatrales, que se han estrenado en Rusia y en Alemania y han merecido el aplauso unánime de crítica y público. En 1996 su novela Sóniechka se convirtió en un acontecimiento literario, recibió el Premio Médicis en Francia y se ha publicado en más de quince países.

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