INSTITUCIONALIZAR LIGA
PUBLICADO EN DIARIO LA HORA 16 DE AGOSTO 2008.
COLUMNA" EN LA CANCHA"
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
SÍ. El equipo de fútbol, que ahora vive los mejores momentos de su historia, que por resolución de la Asamblea de socios maneja por mandato, una comisión, que preside en nombre otra persona, pero que pública y notoriamente administra con acierto Rodrigo Paz. La entidad le debe a este último, gran parte de sus glorias y de su existencia, por ello preocupa, ¿qué será de Liga? , sobre todo, ¿qué sucederá con el cuadro futbolero, cuando el dirigente más importante de la Casa Alba ya no esté por cualquiera de las razones que tiene la vida.?
El tiempo corre para todos. Y el mandato que tienen los miembros de la comisión se cumplirá pronto. Rodrigo Paz ha entregado gran parte de su aliento y de su esfuerzo. No es eterno. Ni la procuración que tiene se puede trasmitir por herencia. Ha quedado claro, que él tiene la última palabra. En todo.
Lo sucedido con el jugador Urrutia ha confirmado que ninguno de los que trabajan con Paz, tiene autonomía para resolver nada trascendente. Lo que ha perjudicado al trabajador que hasta la fecha no ha logrado, que se conozca, una solución de equidad, a sus justificadas, humanas y más allá de justas aspiraciones de jugar en el exterior y ganar más dinero, las últimas temporadas que le queden como atleta activo. Es hora de mostrar las gratitudes que en el momento de los triunfos expresaran los dirigentes "ligados", a sus jugadores.
El caso de Urrutia es la ocasión propicia. El Capitán de Liga. El goleador, el "Pato" como le llaman esperará el gesto generoso de aquellos que le han llorado en el hombro a la hora de las clasificaciones, en esta temporada cuando le buscan equipos de fuera. Los que han recibido sus mejores horas de vuelo deben abrirle las alas para que pueda trabajar fuera de la patria y consolide su vida y el futuro de los suyos. Por esto y más. Hay que pensar en la institución y las transiciones. Para que la Liga sea grande en el tiempo y en el espacio, más allá de las personas.
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
