Semana del 21 al 27 de septiembre del 2002
'Angosta', la verdad de la pobreza
'Angosta', la verdad de la pobreza
Las ciudades, son un microcosmos, por grandes que sean. El libro de la EDITORIAL PLANETA que esta semana se nos propone, nos relata la vida de una, que se llama "ANGOSTA", que puede ser cualquiera. En cualquier continente. El requisito es que haya ricos y pobres. La obra que hoy los invito a degustar, le pertenece al escritor colombiano, antioqueño, nacido en Medellín, Héctor Abad Faciolince, que entre sus medallas tiene, el haber sido perseguido por la violencia paramilitar, grupo terrorista que en 1987 había asesinado a su padre y el haber sido expulsado de la Universidad Pontificia Bolivariana, por algún escrito considerado irreverente contra el Papa.
Dos muestras de su combativa forma de vida, contra la intolerancia, el dogma, la ambición y la hipocresía."ANGOSTA" es una novela que vulnera la ficción, que podría envolver su nombre. Es una plancha que describe una realidad latente. No hay magia en lo que cuenta. Sino verdades lacerantes, que se dibujan en las calles, plazas y parques por las que deambulan los pobres. Certezas sociales escritas que denuncian en un tomo la dureza implacable del frío. La brutal angustia del hambre. La falta de trabajo. Las miserias cometidas contra aquellos que ocupan la estrechez del sendero, los marginados, que contrasta con las anchas vías y gordas piscinas por las que circulan y nadan los poderosos.
Aquellos que pretenden siempre marcar el paso, someter a los demás, atropellar.Si un libro que grita por todo lo alto desde las montañas hacia los valles, que vivimos en un mundo segregacionista. Que crea día a día fronteras entre los que todo lo tienen y entre los que nada, tienen por todo, esos que ven su suerte "ANGOSTA", su libertad como mito, su destino sitiado.Arrinconados y arrinconadores. Ciudadanos de primera, segunda y tercera clase. Todo para unos, poco o nada para la mayoría. Y no es cuestión de raza, de color de piel o de cultura o religión. Es cuestión de dinero. Cuanto tienes, tanto vales. Absurdos de la desigualdad que aúpan por ejemplo, personajes que intentan volver como alcaldes sobre la base de convertir a las ciudades en sus propios centros comerciales y así establecer fronteras, espacios propios. Movimientos mezquinos, oscuros caras y siniestros cálculos de mitos, a los que hay que vencer para que no retornen, por el bien común."ANGOSTA" puede ser la paz, de sostenerse tanta injusticia.
Marcar distancias, apartar y apartarse es solo huir y esto, toda la vida ni se puede, ni se recomienda. Porque los pueblos tienen límites, sí, pero en su paciencia, edulcorantes sociales tales como la religión y el fútbol, pueden llegar a agotarse. Los habitantes de las ciudades cada vez comen menos, cuento, porque cada vez, tienen menos, alimentos. La fe, deja de mover montañas, cuando la muerte atrapa a los hijos con los estómagos vacíos. El dolor puede ser amortiguado, al principio, luego desespera, enloquece y arrasa. Pregunto. ¿Los de los barrios cercados. Los de las murallas electrificadas. Los de las urbanizaciones blindadas, que conocen bien la técnica del apartar en nombre de la seguridad, en realidad se sentirán seguros en sus espacios? Que por grandes que sean reducidos están ... ¿Acaso no se sobrecogen, pensando que sus privadas y glamorosas fabelas, están rodeadas de cinturones de miseria, a los que llegan, los deliciosos aromas de, menjurjes sibaritas, rarísimos gourmets y provocativas carnes finas?
Literalmente como contar dinero en la casa del pobre. No será que por como van las cosas, algún día, la casa se convierta en jaula de oro?
"Yo empezaba a entender, creo, y le dije algo que se me ocurrió en ese instante y que he estado pensando desde entonces: que hay dos impulsos simétricos en nosotros, dos anhelos de libertad, y son poder salir y poder entrar. Yo quería irme de mi casa, quería entrar en F para tener un trabajo mejor. Si me hubieran encerrado en mi casa habría sido una gran tragedia, pero si no me hubieran dado el salvoconducto para ir todos los días a Paradiso, a mi trabajo, la tragedia no habría sido menor. En general, todos queremos permanecer en el sitio que nos es más familiar, más conocido, en el propio territorio ( donde están los amigos, la familia, donde hablan con nuestro mismo acento y tienen nuestro ritmo de pensar); la patria no es otra cosa que una lengua y una colección de recuerdos de la infancia y juventud; pero cuando la vida allí se hace invisible, como era invisible para mí la vida con mi familia o para Candela la vida en C ( por el peligro, por la miseria), las ganas de salir superan en mucho las ganas de quedarse. Si está en juego la vida o si la supervivencia se hace muy difícil, lo natural es desplazarse, huir, buscar acomodo en cualquier otra parte, así sea en la estrechez de un gallinero mal oliente. Y el atentado contra la libertad no es solamente que no te dejen salir (como hacían los dictadores de antes, Stalin, Mao, Castro, Kil il Sung) sino que no te dejen entrar, como hacen los potentes de hoy, las dictaduras nacionalistas de hoy, herméticamente encerrados en sus castillos y fortalezas, donde gozan con todo el egoísmo de que son capaces, de sus enormes riquezas, sabiendo que a muchos nos bastarían las sobras del banquete para ser más felices". (Pág. 191 y192.)
"ANGOSTA", la novela, también es sexo. Erotismo. Sensualidad. Declaraciones particulares a la infidelidad. Renuncia a la monogamia. Apuesta al sexo por el sexo. A la piel por la piel. Al reencuentro de los años que se dejan entre los pliegues de las sábanas. A los gritos deliciosos del orgasmo pleno. Al derecho de ellas de ceñir su talle a los pubis vírgenes, a los viejos o a los jóvenes, a los ricos o a los pobres. A entregarse entre las sedas del mejor hotel o a gemir en los recovecos de los cuchitriles que guardan con lúbrico misterio los aromas perdidos de las carnes que se juntan. "ANGOSTA" es la precaria fuerza de voluntad ante la piel cercana.
El salto a por todas para resumir la distancia que existe entre sexo y sexo en una cama. "ANGOSTA" está llena de amores, de pasiones, de incongruencias, como lo están las ciudades y como son sus habitantes. "ANGOSTA" reboza de libros, y habla de libreros, de autores y más cómplices y encubridores de la cultura. Por ello, "ANGOSTA", es humana. Y como tal violenta, cruel, despiadada. Como tiene olores mixtos de hembra y macho en frenética copula. En lírico acto de amor. Tiene vahos de muerte. Efluvios de tortura, asesinato, sicarios y terroristas y narcotráfico. Todo el realismo de una ciudad como cualquiera que se desborda de del bien y del ma
l"¿No lo sabes? Matan gente, querida, matan, mucha gente, y la arrojan al vacío para que no quede registro de nada y no vaya a haber líos con algún juez independiente que quiera investigar. Se sabe que a todos los desaparecen los tiran por ahí, o río arriba, al agua, lo que al final es lo mismo: los cuerpos caen por la cascada y nunca aparecen: se los traga la tierra y los devora el agua. Y sin cadáver los fiscales no emprenden investigaciones por asesinato, sino que añaden una cifra a los desaparecidos. En Angosta mucha gente se esfuma, y entonces se dice que se metieron a un grupo terrorista o que se colaron por algún hueco a otro país". PAG 258.
"Novela maqueta" ha dicho uno que sabe. La realidad "ANGOSTA" de nuestro día a día recortada y pegada en trescientas setenta y cuatro páginas contundentes, que habríamos de leer todos y especialmente los gobernantes. Que entre viaje y viaje tendrán tiempo de abrir un libro. ¿Verdad?"ANGOSTA". Esperamos sea la piel de aquellos que intencionalmente discriminan, apartan y acosan con recetas económicas de muerte a los hombres y mujeres de nuestra tierra, que también se volvió angosta, estéril, vacía. La mayoría se ha ido o se ha muerto. Que es lo mismo. ¡Carajo!.
La Hora 2002 - Quito - Ecuador
La Hora 2002 - Quito - Ecuador
