Biblioteca: La humillación.- DE PHILP ROTH, EL LIBRO RECOMENDADO DE LA SEMANA. PUBLICACIÒN REVISTA CULTURAL ARTES DIARIO LA HORA.
Domingo, 19 de Junio de 2011
RESEÑA ENSAYÌSTICA
...
OSWALDO PAZ Y MIÑO J.
Instalad este momento de lectura en vuestras carnes, vuestra mente, vuestros sentimientos y en las razones implacables del tiempo que se hacen visibles en la piel. Y en la suspensión que os pido que hagáis en vuestras vidas, sobre todo los jóvenes, no desairéis a los viejos a quienes no solamente están dedicadas las líneas que ahora se fijan en las pupilas.
Todos tenemos, si sobrevivimos a muertes intermedias, el fin de la vida asociado a la vejez. Llega la Parca, implacablemente, el día y la hora que nuestro nacimiento fijó en su agenda de trabajo, ni antes ni después. Es sin duda, una trabajadora eficiente, eficaz e incansable.
La vejez envuelve estados de inseguridad de mayor o menor gravedad. Mientras más viejos, los que van siendo, nosotros, vosotros y ellos, quedamos visualizados como una especie de fantasmas, como sacos vivientes de inutilidades, como pesadillas rodantes para los más jóvenes.
Son estos los que, por rezagos de moral, gratitud o copiosa hipocresía, despachan a los viejos en peloteos intrascendentes de un lugar a otro, de un familiar a otro, desde el compromiso conciencial de colocarlos en alguna parte distante y cercana a la vez, que permita accesos emergentes sin asentamientos permanentes. Algo así como que con los viejos hay que vivir juntos pero no revueltos.
La humillación es la receta que la sociedad pretende aplicar desde su inopia día a día a los ancianos. En esto el Estado es refinado alcahuete, perverso chulo, inmoral aprovechador y maldito hostigador.
‘La humillación’ es desde la pluma de Philip Roth –uno de los más importantes autores estadounidenses del momento– una pequeña y magistral novela, que ubica a los lectores en el fondo del alma de un viejo, gran actor que de un día para otro colapsa y resuelve no poner un pie jamás en un escenario y se cuestiona, con rigores que lindan con la autoagresión, toda su vida profesional reconocida por otros como magnífica y vista por él como su mayor mentira.
La vejez le ha pasado factura, sí, pero el drama apenas ha comenzado. La muerte termina con las indignidades a las que pueden ser sometidos los seres humanos y el cuerpo siempre hace invocaciones que pueden concluir en tragedias.
A los 75 años es posible amar, desear, sexualizar la vida y con tantas páginas recorridas el placer que tiene memoria se decanta, se sofistica y rompe los esquemas. La impunidad moral es una realidad, la edad convierte a los amantes viejos en sofisticados amantes, en seres de pautajes bizarros, en cultores de artes exóticas y de relaciones dionisíacas. Después de todo, los derechos del amor no prescriben.
El actor sabe que el erotismo es don de los seres humanos, no de todos. Es como la fe en Dios o en la muerte como respuesta concreta y directa a los abusos de la vida. La muerte de mano propia de la que huyen los cobardes incapaces de ponerse una pistola en la boca y disparar o de lanzarse al vacío desde la altura de su humillación.
Entre el instante de matarse y salir del cuento, caben disfrutes sexuales a tope, compañías vibrantes, besos de agonía, cuerpos de mujeres jóvenes con necesidades viejas.
Son 155 páginas de la mejor literatura –esa que trasciende y que deja molido al lector– las que quedan propuestas gracias a la publicación de Editorial Mondadori. Si tienen pareja a la que doblan en edad, leedla juntos y asumir lo que os toca.
Datos biográficos
Philip Roth
Nació en Newark, Nueva Jersey, en 1933. Su primera obra, ‘Adiós, Colón’ (1959), libro de relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos, ganó en 1960 el National Book Award. En 1998 fue galardonado con el Premio Pulitzer de ficción por su obra ‘Pastoral americana’, el primer volumen de su Trilogía americana, compuesta también por ‘Me casé con un comunista’ (1998) y ‘La mancha humana’ (2000). En 2011 el Premio Man Booker reconoció la trayectoria de uno de los eternos candidatos al Premio Nobel.
opymj2008@gmail.com
VOCEADOR DE LECETURAS
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS
ESPECIAL PARA DIARIO LA HORA
QUITO. ECUADOR.Ver más
Domingo, 19 de Junio de 2011
RESEÑA ENSAYÌSTICA
...
OSWALDO PAZ Y MIÑO J.
Instalad este momento de lectura en vuestras carnes, vuestra mente, vuestros sentimientos y en las razones implacables del tiempo que se hacen visibles en la piel. Y en la suspensión que os pido que hagáis en vuestras vidas, sobre todo los jóvenes, no desairéis a los viejos a quienes no solamente están dedicadas las líneas que ahora se fijan en las pupilas.
Todos tenemos, si sobrevivimos a muertes intermedias, el fin de la vida asociado a la vejez. Llega la Parca, implacablemente, el día y la hora que nuestro nacimiento fijó en su agenda de trabajo, ni antes ni después. Es sin duda, una trabajadora eficiente, eficaz e incansable.
La vejez envuelve estados de inseguridad de mayor o menor gravedad. Mientras más viejos, los que van siendo, nosotros, vosotros y ellos, quedamos visualizados como una especie de fantasmas, como sacos vivientes de inutilidades, como pesadillas rodantes para los más jóvenes.
Son estos los que, por rezagos de moral, gratitud o copiosa hipocresía, despachan a los viejos en peloteos intrascendentes de un lugar a otro, de un familiar a otro, desde el compromiso conciencial de colocarlos en alguna parte distante y cercana a la vez, que permita accesos emergentes sin asentamientos permanentes. Algo así como que con los viejos hay que vivir juntos pero no revueltos.
La humillación es la receta que la sociedad pretende aplicar desde su inopia día a día a los ancianos. En esto el Estado es refinado alcahuete, perverso chulo, inmoral aprovechador y maldito hostigador.
‘La humillación’ es desde la pluma de Philip Roth –uno de los más importantes autores estadounidenses del momento– una pequeña y magistral novela, que ubica a los lectores en el fondo del alma de un viejo, gran actor que de un día para otro colapsa y resuelve no poner un pie jamás en un escenario y se cuestiona, con rigores que lindan con la autoagresión, toda su vida profesional reconocida por otros como magnífica y vista por él como su mayor mentira.
La vejez le ha pasado factura, sí, pero el drama apenas ha comenzado. La muerte termina con las indignidades a las que pueden ser sometidos los seres humanos y el cuerpo siempre hace invocaciones que pueden concluir en tragedias.
A los 75 años es posible amar, desear, sexualizar la vida y con tantas páginas recorridas el placer que tiene memoria se decanta, se sofistica y rompe los esquemas. La impunidad moral es una realidad, la edad convierte a los amantes viejos en sofisticados amantes, en seres de pautajes bizarros, en cultores de artes exóticas y de relaciones dionisíacas. Después de todo, los derechos del amor no prescriben.
El actor sabe que el erotismo es don de los seres humanos, no de todos. Es como la fe en Dios o en la muerte como respuesta concreta y directa a los abusos de la vida. La muerte de mano propia de la que huyen los cobardes incapaces de ponerse una pistola en la boca y disparar o de lanzarse al vacío desde la altura de su humillación.
Entre el instante de matarse y salir del cuento, caben disfrutes sexuales a tope, compañías vibrantes, besos de agonía, cuerpos de mujeres jóvenes con necesidades viejas.
Son 155 páginas de la mejor literatura –esa que trasciende y que deja molido al lector– las que quedan propuestas gracias a la publicación de Editorial Mondadori. Si tienen pareja a la que doblan en edad, leedla juntos y asumir lo que os toca.
Datos biográficos
Philip Roth
Nació en Newark, Nueva Jersey, en 1933. Su primera obra, ‘Adiós, Colón’ (1959), libro de relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos, ganó en 1960 el National Book Award. En 1998 fue galardonado con el Premio Pulitzer de ficción por su obra ‘Pastoral americana’, el primer volumen de su Trilogía americana, compuesta también por ‘Me casé con un comunista’ (1998) y ‘La mancha humana’ (2000). En 2011 el Premio Man Booker reconoció la trayectoria de uno de los eternos candidatos al Premio Nobel.
opymj2008@gmail.com
VOCEADOR DE LECETURAS
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS
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