EL FÚTBOL
9 de Enero de 2010
PUBLICADO EN DIARIO LA HORA
QUITO ECUADOR.
Es tema universal. No hacen falta muchas presentaciones ni etiquetas para hablar de él. Ha envuelto al mundo en su magia. No hay lugar en el planeta donde no se lo conozca. Es una industria multimillonaria en dinero y en seguidores. No pasa desapercibido para nadie.
Entre distantes es el mejor acercamiento y entre cercanos motivo para distanciarse. Los políticos tratan de llevarse bien con él deporte y con los dirigentes notables. Se ofrecen sin recato, para todo tipo de fotos con los jugadores y se aprovechan de los resultados, para intentar crecer en popularidad con la gloria de los jugadores y de los resultados ajenos.
El fútbol produce alquimias: acerca a los pueblos, une a los pobres y a los ricos, crea identidades allí donde no existen y es expresión de libertad. Y debe ser libertad de expresión.
En nuestro país el deporte popular ha crecido geométricamente en la última década.
Lo logrado por Liga, por El Deportivo Quito, Olmedo, Cuenca y lo poco obtenido por Barcelona y Emelec ha sido y es preocupación social.
Los clubes de menos seguidores se esfuerzan por captar a las masas y los medios televisivos por llevarse a su cancha a los equipos. Todo lo expuesto para destacar la importancia de los Congresos del Fútbol que el Ecuador prenden.
Ojala el sistema de campeonato y las normas adoptadas de paso a mayor y mejor desarrollo del espectáculo masivo más importante del país.
El fútbol es el paréntesis, el alivio, momentáneo, de esa tortura permanente que son las forzadas cadenas oficiales que se instalan el rato menos pensado en la radio y la televisión. Sirve también para mirar con indiferencia fugaz el mal trabajo de una dócil Asamblea que lidia la forma de cómo privarnos de la libertad de expresión.
Es tema universal. No hacen falta muchas presentaciones ni etiquetas para hablar de él. Ha envuelto al mundo en su magia. No hay lugar en el planeta donde no se lo conozca. Es una industria multimillonaria en dinero y en seguidores. No pasa desapercibido para nadie.
Entre distantes es el mejor acercamiento y entre cercanos motivo para distanciarse. Los políticos tratan de llevarse bien con él deporte y con los dirigentes notables. Se ofrecen sin recato, para todo tipo de fotos con los jugadores y se aprovechan de los resultados, para intentar crecer en popularidad con la gloria de los jugadores y de los resultados ajenos.
El fútbol produce alquimias: acerca a los pueblos, une a los pobres y a los ricos, crea identidades allí donde no existen y es expresión de libertad. Y debe ser libertad de expresión.
En nuestro país el deporte popular ha crecido geométricamente en la última década.
Lo logrado por Liga, por El Deportivo Quito, Olmedo, Cuenca y lo poco obtenido por Barcelona y Emelec ha sido y es preocupación social.
Los clubes de menos seguidores se esfuerzan por captar a las masas y los medios televisivos por llevarse a su cancha a los equipos. Todo lo expuesto para destacar la importancia de los Congresos del Fútbol que el Ecuador prenden.
Ojala el sistema de campeonato y las normas adoptadas de paso a mayor y mejor desarrollo del espectáculo masivo más importante del país.
El fútbol es el paréntesis, el alivio, momentáneo, de esa tortura permanente que son las forzadas cadenas oficiales que se instalan el rato menos pensado en la radio y la televisión. Sirve también para mirar con indiferencia fugaz el mal trabajo de una dócil Asamblea que lidia la forma de cómo privarnos de la libertad de expresión.
