DE AQUI EN ADELANTE DEDICATE A LEER

DE AQUI EN ADELANTE DEDICATE A LEER
MIENTRAS ESCRIBIMOS PARA TI

ESTE LUGAR ES UNA ESTANCIA DEDICADA A LA SOLEDAD Y AL PENSAMIENTO

ESTE LUGAR ES UNA ESTANCIA DEDICADA A LA SOLEDAD Y AL PENSAMIENTO
PARA VER LA VERDADERA LUZ, HAY QUE MORIR PRIMERO.

NO LE DES MÁS VUELTAS ESTE BLOG ES UN:

NO LE DES MÁS VUELTAS ESTE BLOG  ES UN:
Y TODO LO QUE CONSTA ES LEGIBLE TENDRÀS QUE USAR LOS SEIS SENTIDOS.

LA LECTURA ES UN PLACER. DISFRUTALO, TIENE QUE SER A SOLAS.

LA LECTURA ES UN PLACER. DISFRUTALO, TIENE QUE SER A SOLAS.
ES "LA VITRINA DE LOS LIBROS Y AUTORES"

miércoles, 1 de julio de 2009

LA REVOLUCION AMORDAZADA.- El volcán iraní

EL CONFLICTO
El volcán iraní
por FELIPE SAHAGÚN
Entre la amenaza nuclear y el sueño occidental, aislada y a la vez con un extraño sentido de impunidad tras 30 años de sanciones y amenazas, Irán es un volcán vivo, con erupciones cíclicas. El error está en confundir siempre la última con la definitiva.
Casi un mes después del más que aparente pucherazo en las presidenciales del 12 de junio, las protestas están prácticamente apagadas, aunque continúan las detenciones: más de 40 periodistas y de 400 políticos, según el Comité para la Protección de Periodistas neoyorquino. Los 'basiyis', la milicia popular de la Guardia Revolucionaria encargada del trabajo sucio, apenas son visibles en las calles de Teherán, Isfahan, Kerman, Shiraz y Tabriz. Han sido sustituidos por uniformados, pero las redadas continúan. Esperan en los hospitales a que den de alta a los heridos para detenerlos y buscan de madrugada a los cabecillas de las manifestaciones en sus casas. Los que han podido, como el médico que atendió a la joven Neda mientras fallecía en plena calle por el disparo de un francotirador, han huido del país. De nuevo los lugartenientes y seguidores de los ex presidentes Jatami y Rafsanyani se han llevado la peor parte.
Desde su retiro en California, Robert Baer, ex jefe de la CIA en Oriente Medio y gran conocedor de Irán, asegura que hemos asistido a un golpe militar en toda regla. Mahmud Ahmadineyad, el humilde profesor de Ingeniería que dejó la docencia por la alcaldía de Teherán antes de dar el gran salto a la presidencia en 2005, sería su cabeza visible.
La realidad es más compleja. Parece, como señala Baer, que el Irán teocrático de los ayatolás dejó de existir, y que una nueva élite, crisol de oficiales, profesionales, empresarios y un pequeño grupo de religiosos radicales con muchos menos galones que los grandes ayatolás, se ha hecho con el control del país.
Neil MacFarquhar daba algunas claves el 25 de junio en el 'New York Times': desde la influyente alcaldía de Teherán y, en los últimos cinco años, desde la presidencia, Ahmadineyad ha ido tejiendo una densa red que controla las principales agencias de seguridad, los medios de comunicación más importantes y la burocracia.
Más de 10.000 puestos decisivos de la Administración han cambiado de manos. Los servicios secretos civiles y militares, los ministerios de Interior y de Justicia, la radiotelevisión nacional, los 30 gobernadores del país y algunos de los principales centros chiíes de la ciudad santa de Qom, como el seminario Haqqani, tienen al frente a incondicionales de Ahmadineyad, procedentes casi todos de la Guardia Revolucionaria y dispuestos a darlo todo por su líder, la única garantía segura de sus privilegios, alcanzados en muchos casos en ascensos meteóricos. No es, técnicamente, el golpe militar que denuncia Baer, pero puede ser peor y más difícil de contrarrestar.
Teherán, la ciudad sin historia y sin otra belleza que la montaña a cuyos pies se extiende, sale de la última erupción del volcán iraní dominada por esa nueva élite, más dividida, más atemorizada y más insegura que antes de las elecciones.
El Consejo de los Guardianes y su líder religioso, Ali Jamenei, siguen teniendo, oficialmente, la última palabra, pero siempre que coincida con los deseos del presidente Ahmadineyad y su brazo armado. La autoridad moral y religiosa de los chiíes hace años que está fuera de Irán, en el centro iraquí de Nayaf, donde reside el gran ayatolá Ali Sistani. Tan evidente es su rechazo de Ahmadineyad y de todo lo que éste representa que se negó a recibirlo en su viaje oficial a Irak en marzo de 2008, pese a los reiterados intentos del Gobierno iraní de conseguir una audiencia.
Mir Husein Musavi, el principal candidato de la oposición, se mantiene firme en su denuncia de irregularidades el 12 de junio, aunque ha prometido pedir permiso para nuevas protestas. Su gran valedor, Rafsanyani, también ha tenido que claudicar. Su Consejo Constitucional o del Discernimiento, árbitro en los conflictos entre Parlamento y Consejo de los Guardianes, ha dado por buenos los resultados. Para cubrir las apariencias, en un comunicado del 26 de junio pidió también que «se investiguen rigurosamente las denuncias». La detención de su hija y de otros cuatro familiares durante horas fue un aviso muy serio.
Los neutrales, como el alcalde actual de Teherán, Mohamed Baqer Ghalibaf, y el ex negociador nuclear y hoy presidente del Parlamento, Ali Lariyani, ambos con las miras puestas en las próximas presidenciales, que se atrevieron a criticar los resultados y la represión, han arriado velas rápidamente para evitar lo peor. Como buenos neutrales, apoyan al vencedor.
La frustración, desesperanza y descontento de millones de iraníes —13 millones, según el Gobierno, votaron a Musavi— han vuelto al magma del volcán, que volverá a escupir lava, aunque cuándo ni cuánta nadie lo sabe. Si el deseo de democracia, el nacionalismo y, en el caso de Polonia, la religión acabaron con el comunismo en Europa oriental y central, en Irán el nacionalismo y la religión son banderas compartidas por todos los bandos que luchan por el poder.
El desgaste y la deslegitimación de los autores del pucherazo iraní son evidentes, pero cualquier parecido con las dictaduras comunistas es pura coincidencia. De ahí la dificultad de cualquier pronóstico y la necesidad de las máximas cautelas de las grandes potencias. Cualquier cosa que hagan o digan será utilizado en su contra por Teherán y, gobierne quien gobierne en Irán, el mundo necesita su cooperación para evitar una carrera nuclear en Oriente Medio y pacificar Irak, Afganistán, el Líbano y Gaza.

Una seguidora de Musavi muestra una pancarta durante las manifestaciones que se produjeron tras las elecciones. Reuters
Cronología
1979El sha Reza Pahlevi huye de Irán un año después del inicio de las protestas. El ayatolá Jomeini regresa del exilio y funda la República Islámica el 1 de abril.
1980Comienza la guerra entre Irán e Irak, que se prolonga hasta el alto el fuego pactado en agosto de 1988. Ambos países aceptaron el acuerdo al comprobar que no podían alcanzar la victoria militar tras casi una década.
1989Un año después del fin del conflicto, fallece el ayatolá Jomeini. Su puesto como guía supremo lo ocupa Ali Jamenei, a su vez reemplazado como presidente de la República por Ali Akbar Hashemi Rafsanyani.
1997El reformista Mohamad Jatami releva a Rafsanyani en la presidencia. Cuatro años después consigue la reelección.
2002George W. Bush incluye a Irán en el 'eje del mal', junto a Corea del Norte y el Irak de Sadam Husein. «Estos países y sus aliados terroristas amenazan la paz mundial», afirma.
2005El ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, hasta entonces alcalde de Teherán, derrota a Rafsanyani en las elecciones presidenciales con más del 60% de los votos.
2009Ahmadineyad consigue la reelección en la primera vuelta, según los resultados oficiales. La oposición, liderada por el ex primer ministro Mir Husein Musavi, denuncia fraude y exige la repetición de los comicios.

document.write('');