LOS REBELDES
RESEÑA ENSAYÍSTICA
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO JARAMILLO.
PUBLICACION REVISTA CULTURAL ARTES DIARIO LA HORA
QUITO ECUADOR
21 DE JUNIO 2009
Si algún otro oficio tuvo el magistral Sandor Marai, a más del de magnífico escritor, fue a no dudarlo el de rebelde. Su vida está plagada de actos subversivos. Su muerte la mejor prueba de aquello. De sus ejercicios libertarios. Opuesto se irguió siempre ante los regímenes totalitarios encarnados por los fascistas y comunistas, en las distintas etapas de su destino. Su existencia nunca se prestó para hacerle el juego a ninguna dictadura, ni a la de la parca siquiera, la que en muchas ocasiones a través de la historia, para su total descrédito, se ha puesto al servicio de los terroristas de Estado y de los fanáticos religiosos, cualquiera sea el credo.La muerte se ha dejado la dignidad y la autonomía en el estercolero cuando ha sido incondicional servidora de los déspotas, de esos carroñeros autócratas, santos del patíbulo, revolucionarios genocidas, amantes de los paredones, arbitrarios caudillos.
Asesinos de cuerpos y palabras. Vampiros perseguidores de libertades, inquisidores, temerosos de los pensamientos contrarios. Homicidas de la democracia. Esos que nunca han podido matar las ideas.Los Rebeldes, en 252 páginas escritas con ánimo trasgresor. es un eslabón grandioso del rescate literario emprendido por Salamandra Editores para fijar en la inmortalidad a un escritor y a su obra inigualable. Se trata de lo mejor de todo el arte que ha producido Sandor Marai.Para la inconformidad juvenil venida a menos este libro tiene condumios. Y es que los que camino de adultos van no pueden vivir en la indiferencia ni en el limbo, mientras los oscurantistas arman su tinglado para absorber a toda la comunidad en un solo color, en un solo pensamiento, en la sola tendencia de una sociedad cerrada.Los rebeldes son jóvenes amigos de distintos orígenes y sendas diferentes que se juegan algo siempre. Que ponen la carne en el asador para que nadie les robe la utopía, que es el núcleo de su amistad. Que responden altaneros al status quo infranqueable que pretenden imponer los adultos. Los jóvenes que se juntan para no dejarse aborregar. Ellos no son herbívoros ni han de ser pasto de nadie, por verde que se les presente la trampa, se lo juegan todo menos la libertad. Ella es un tema serio y materia para todo tipo de combate.Los amigos de Marai somos seres libres. ‘Los rebeldes’ del mundo y no los cuatro estelares de la novela. Ninguno ha de quedar impávido luego de leerla. Se ha de pasar la voz fuerte y claramente. La sumisión no es aceptable en los pueblos dignos. El miedo es el arma con la que cuentan los autoritarios pues se siente menos en compañía. Los libros son una opción recomendada y recomendable.Fragmento de la obra
“Fue allí donde comenzaron a conocerse realmente. La complicidad secreta que los había alejado de la ciudad para unirlos en esa empresa les brindó la oportunidad de interesarse los unos por los otros a una luz nueva”. (Pág. 83)
Asesinos de cuerpos y palabras. Vampiros perseguidores de libertades, inquisidores, temerosos de los pensamientos contrarios. Homicidas de la democracia. Esos que nunca han podido matar las ideas.Los Rebeldes, en 252 páginas escritas con ánimo trasgresor. es un eslabón grandioso del rescate literario emprendido por Salamandra Editores para fijar en la inmortalidad a un escritor y a su obra inigualable. Se trata de lo mejor de todo el arte que ha producido Sandor Marai.Para la inconformidad juvenil venida a menos este libro tiene condumios. Y es que los que camino de adultos van no pueden vivir en la indiferencia ni en el limbo, mientras los oscurantistas arman su tinglado para absorber a toda la comunidad en un solo color, en un solo pensamiento, en la sola tendencia de una sociedad cerrada.Los rebeldes son jóvenes amigos de distintos orígenes y sendas diferentes que se juegan algo siempre. Que ponen la carne en el asador para que nadie les robe la utopía, que es el núcleo de su amistad. Que responden altaneros al status quo infranqueable que pretenden imponer los adultos. Los jóvenes que se juntan para no dejarse aborregar. Ellos no son herbívoros ni han de ser pasto de nadie, por verde que se les presente la trampa, se lo juegan todo menos la libertad. Ella es un tema serio y materia para todo tipo de combate.Los amigos de Marai somos seres libres. ‘Los rebeldes’ del mundo y no los cuatro estelares de la novela. Ninguno ha de quedar impávido luego de leerla. Se ha de pasar la voz fuerte y claramente. La sumisión no es aceptable en los pueblos dignos. El miedo es el arma con la que cuentan los autoritarios pues se siente menos en compañía. Los libros son una opción recomendada y recomendable.Fragmento de la obra
“Fue allí donde comenzaron a conocerse realmente. La complicidad secreta que los había alejado de la ciudad para unirlos en esa empresa les brindó la oportunidad de interesarse los unos por los otros a una luz nueva”. (Pág. 83)
Biografía: Sándor Márai Nació en 1900 en Kassa, una pequeña ciudad húngara que hoy pertenece a Eslovaquia. Pasó un periodo de exilio voluntario en Europa durante el régimen de Horthy en los años 20 del pasado siglo, hasta que abandonó definitivamente su país en 1948 con la llegada del régimen comunista y emigró a Estados Unidos. La subsiguiente prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea.Así, habría que esperar varios decenios, hasta el ocaso del comunismo, para que este extraordinario escritor fuese redescubierto en su país y en el mundo entero. Sándor Márai se quitó la vida en 1989 en San Diego, California, Estados Unidos de América, pocos meses antes de la caída del muro de Berlín.
