DEPORTES
Opinión: Dura responsabilidad
22 de Febrero de 2009
Opinión: Dura responsabilidad
22 de Febrero de 2009
EDITORIAL DEPORTIVO DIARIO LA HORA QUITO
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
La de ser dirigente de un club de fútbol, la de conducir una institución popular, la de liderar masas, que eso al final hacen quienes representan a los equipos ante los colectivos pequeños, medianos o grandes, todos, grupos de hinchas, de ciudadanos amantes de una camiseta, dolientes en las situaciones de crisis y felices en los campeonatos.
Se ha probado en el medio y en el mundo entero que para ser directivo de un equipo de fútbol no basta la experiencia, que de todas formas es un grado, ha de contarse con otros dones, no solo con dinero, y ganas, por sobre todo ha de justificarse con hechos la capacidad de gestión, afrontando con respuestas ejecutivas, fiables, legales y solventes las circunstancias adversas.
El dirigente que presida una entidad ha de generar confianza en los auspiciantes, en los asociados, en los jugadores y técnicos. En la sociedad deportiva.
Responsabilidad enorme la de figurar todos los días en los medios siendo imagen de una entidad linajuda y de muchos seguidores. Los que se atreven a tomar tal riesgo han de saber y entender que sus errores o caprichos, sus revanchas, abusos e ingratitudes tarde o temprano pueden conducir al descalabro, a la extinción a instituciones arraigadas en el corazón popular, que es noble y no olvida y que en cualquier momento puede pasar factura.
DR. OSWALDO PAZ Y MIÑO J
La de ser dirigente de un club de fútbol, la de conducir una institución popular, la de liderar masas, que eso al final hacen quienes representan a los equipos ante los colectivos pequeños, medianos o grandes, todos, grupos de hinchas, de ciudadanos amantes de una camiseta, dolientes en las situaciones de crisis y felices en los campeonatos.
Se ha probado en el medio y en el mundo entero que para ser directivo de un equipo de fútbol no basta la experiencia, que de todas formas es un grado, ha de contarse con otros dones, no solo con dinero, y ganas, por sobre todo ha de justificarse con hechos la capacidad de gestión, afrontando con respuestas ejecutivas, fiables, legales y solventes las circunstancias adversas.
El dirigente que presida una entidad ha de generar confianza en los auspiciantes, en los asociados, en los jugadores y técnicos. En la sociedad deportiva.
Responsabilidad enorme la de figurar todos los días en los medios siendo imagen de una entidad linajuda y de muchos seguidores. Los que se atreven a tomar tal riesgo han de saber y entender que sus errores o caprichos, sus revanchas, abusos e ingratitudes tarde o temprano pueden conducir al descalabro, a la extinción a instituciones arraigadas en el corazón popular, que es noble y no olvida y que en cualquier momento puede pasar factura.