IMAGO
Imago, el artista que quiere ponerse al mundo de montera, es una historia de pinceles, lienzos, pieles, amores atrevidos, cuerpos compartidos y surcos abiertos. También de labios apretados, senos descubiertos, tragos amargos y aromas perdidos.
Una narración de danzas sin velos, viajes interrumpidos, celos y pasiones incautas, de sangre hirviendo a borbotones, de negras mujeres de caderas cimbreantes abriéndose el alma y de negros varones rompiéndose el cuero. Un relato de cuerpos exultando sabia entre los compases del sexo.
De una madre culpable, arrepentida de haber pecado poco. De dominios y demonios.Iván Egüez es el escribiente de una historia ‘pictográfica’ de una novela estupenda que ha sido publicada por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo, Colección Luna Libre, en 146 páginas selladas el pasado noviembre.
Como se dice, es literatura ‘salida del horno’ hace pocas horas. De gran aroma, seductores contenidos y honduras nutrientes. Letras que se leerán con placer desde la portada hasta el final.La pintura de un ‘ángel literario’ desarrollada en sus distintas contracciones por la narrativa, siempre en tono de memoria, del autor ecuatoriano.
El recuerdo, desde las invocaciones del cuerpo, desde el ‘Don de la Palabra’.Luces desde los cuadros. Registros de una vida entera. Imágenes para combatir el olvido. Torrentes de óleo y tinta, la mente en los colores, a ratos en los claroscuros y en las transparencias, en las tentaciones, en las bragas, en las decadencias, en trascendencias, en las consecuencias.
Desde la experiencia del retratista el olor a pintura es una droga, un boleto de viaje, una forma de fuga. Palabras y gestos, razones para preparar suicidios, transar secuestros, invadir muslos, absorber besos profundos, insinuar tocamientos para emprender borracheras. Iván Egüez en un ejercicio de penetración y sangre fría en el conocimiento de dos artes. Los trazos del pintor recogidos en otro acto creativo, el del escritor, una forma de parir al alimón, en etapas, en evoluciones, en dúo, en trances, con dolores iguales y estertores distintos, que crecen y amainan al ritmo de la vida que siempre pende de un hilo. Imago, un libro que resume y sugiere. Un nombre prestado. Un recuento necesario. Un repaso fugaz por la Cuba que desde hace 50 años vive sostenida en la intolerancia. Cuando el mismo mal nos bordea, segundos nos quedan para reflexiones y para entender las mentiras.Una novela que no cabe perderse. Un pequeño gran regalo en épocas de meditación y de marcadas diferencias.
Fragmento de la novela.
“Vuelve a pensar en el suicidio, pero esta vez se dice:” La única muerte que me correspondería sería la del lecho del mar, para sentir, bocado a bocado, el retruécano entre la vida que reclama y la muerte que procura, del que quiere morirse sin ahogarse, del que lucha con todas sus fuerzas por retrasar la muerte que ansía, del que rendido, el momento de la agonía, vuelve a sentir lo que intuyó en la vida: la necesidad de una muerte plácida.” Pág. 73
BIOGRAFÍA IVÁN EGÜEZ nació en Quito, en 1944. A partir de 1969 publicó una suerte de trilogía poética que inició con el libro ‘Calibre catapulta’, de breves, irónicos e incisivos poemas. Luego, ‘La arena pública y loquera es lo-que-era’ (1972) y ‘Buscavida rifamuerte’ (1975). Luego vendrían ‘Poemar’ (1988), ‘El olvidador’ (1992) y ‘Libre amor’ (1999).Obtuvo el Premio Nacional de Novela Aurelio Espinosa Pólit en 1975, con ‘La Linares’ (1976), libro que desde su aparición adquirió pronta popularidad y varias ediciones. Más tarde publicó ‘Pájara la memoria’ (1985), una de sus novelas más reconocidas, y la siguieron ‘El señor del gran poder’ (1985), ‘Sonata para sordos’ (2000) y ‘Letra para salsa con final cortant (2005).Ha publicado seis libros de cuentos, donde sus personajes se mueven en diversos espacios geográficos y, en los últimos, alcanza atmósferas fantásticas: El triple salto (1981), Ánima pávora (1989), Historias leves (1994), Cuentos inocentes (1996), Cuentos fantásticos (1996), Cuentos gitanos (1997), Tragedias portátiles ( 2005).
